Del lamento borincano al currulao por La Gorgona


| Por: Jimmy Viera* / La Raya |


El anuncio del gobierno en rueda de prensa sobre el inicio de obras en la isla Gorgona, dejó más incertidumbres que certezas. En primer lugar el Gobierno Nacional desconoce el derecho de los pueblos negros ribereños del andén del Pacífico, vecinos de la isla, a la consulta previa libre e informada.

 

De acuerdo con los expertos juristas afro, el artículo 22 de la ley 70 de comunidades negras establece un régimen de excepción para los territorios colectivos de comunidades traslapados o superpuestos por parques nacionales, en cuanto a la permanencia de éstas comunidades en dichos lugares.  Esto quiere decir que: cuando las áreas protegidas estén habitadas o hagan uso regular y permanente familias o personas de comunidades afrocolombianas, se respetará su derecho a la permanencia en estas áreas y al uso y aprovechamiento de los recursos naturales asociados a sus prácticas tradicionales de producción, mientras sean compatibles con los objetivos de conservación del Parque Nacional Natural.

 

Este artículo 22 ordena que los planes de manejo que regulan los usos y actividades en las áreas protegidas se deberán definir mediante consulta previa, las prácticas tradicionales de producción de las comunidades que sean compatibles con la naturaleza, objetivos y funciones  del parque, cuando se encuentren familias o comunidades negras, afrocolombianas, raizales o palenqueras asentadas antes de la declaratoria del parque Nacional Natural, este es el caso de La Isla Gorgona, donde las comunidades afro llegaron y habitaron muchos años antes que se declarara como Parque Nacional.

 

En segundo lugar, el gobierno desconoce el derecho de las comunidades negras al mar. Estas poblaciones tienen derecho al uso del mar y su territorialidad, que no se agota en la tierra firme, sino que se extiende a la territorialidad marina, al derecho a sus áreas, razón suficiente para adelantar una consulta previa, pues, los impactos de cualquier obra en la isla, afectan a las comunidades en el uso y disfrute del mar.

 

¿Por qué el Gobierno Nacional no quiere realizar una consulta previa, libre e informada de manera directa con todos los pobladores de los municipios afectados del andén del Pacífico, antes de ejecutar las obras? ¿De qué poder negro se habla desde el Gobierno, cuando el poder de decisión no está en las comunidades negras?

 

Los pobladores de estos municipios deben exigir una consulta previa, libre e informada sin intermediación estatal ni intermediación del viciado y politiquero espacio nacional de consulta previa. Se debe organizar y realizar una consulta directa con los ciudadanos de estos municipios del andén del Pacífico del Cauca y de Nariño afectados por las obras a realizar en la isla Gorgona. Ya es hora de la democracia directa con el pueblo afro para que él decida su futuro.

 

Hay una esquizofrenia institucional en el gobierno, con una mano se firma la reglamentación a la ley 70 y con otra se desconocen los derechos consagrados en ella, como la consulta previa, libre e informada.

 

Por otro lado, no es un secreto que el debate sobre la isla Gorgona está atravesado por los intereses de EE.UU. en el continente. El pretexto que nos venden hoy es la guerra contra las drogas, que sirvió en su momento para adelantar el Plan Colombia, el Plan Patriota y la Iniciativa Regional Andina, que no sólo cercenó la soberanía nacional colombiana y la de varios países de la región, sino que nos dejó miles de muertos, desplazados y víctimas.

 

La isla Gorgona es a los ojos de EE.UU., un espacio militar por asuntos de geopolítica y de control de la seguridad interoceánica, así mismo, por las importantes reservas de petróleo que  la convierten en objetivo de Washington. (Según la Agencia Nacional de Hidrocarburos, señalan que el potencial de los yacimientos en esta zona podría superar los 3.000 millones de barriles).

 

En la guerra comercial y posiblemente militar por la hegemonía del Pacífico, Gorgona se ubica en un lugar privilegiado para un control comercial y militar, pero en un hipotético escenario de guerra nos expondría a agresiones de otros países, seriamos su escudo militar, lo que significa que las comunidades cercanas se vuelven un escudo humano.

 

La importancia estratégica estadounidense hacia la Cuenca del Pacífico está vigente a través de la Cuarta Flota y el Comando Sur, con su general Laura Jane Richardson, frecuente visitante de nuestro país. Uno de sus importantes objetivos es la instalación de nuevas bases militares en la región, como aquellas autorizadas en Argentina, en su momento por el gobierno Macri; que buscan afianzar la hegemonía de los EE.UU. en su conflicto con China y que marcan la intensificación de las posiciones geoestratégicas en la región.

 

El gobierno no puede continuar por el camino del ecocidio con la instalación de un radar en un Parque Nacional Natural. En el debate sobre Gorgona es preferible como en la mitología griega hacer de Casandra y no pasar de ingenuo.

 

Puerto Rico se convirtió en enclave militar con la instalación de radares por los EE.UU., le proporcionó a este un lugar privilegiado de control político y militar sobre el Caribe. Gorgona se lo permitiría en el Pacífico colombiano, así digan que la gobernanza de la isla está en manos de la dirección de Parques Nacionales.

 

En  las islas de Vieques y Arecibo en Puerto Rico, con el mismo estribillo de la guerra contra las drogas, se instalaron radares que produjeron uno de los más grandes desastres  del Caribe, los mismos  que terminaron siendo  escudos antimisiles y de radiación electromagnética, con funestos impactos sobre la salud de su población; ocasionando cientos de muertes, intoxicaciones que produjeron leucemia, cáncer, enfermedades cerebrovasculares, afectación de los ritmos circadianos de los habitantes, de la presión sanguínea y ritmos cardíacos de los mamíferos, ballenas y otros seres vivientes con  una alta incidencia de muertes en la fauna de la isla que terminó siendo un basurero nuclear.

 

La isla Gorgona requiere hoy, con urgencia cada día mayor, la solidaridad activa de los colombianos y colombianas, de los ambientalistas, demócratas, progresistas e izquierda, por la preservación de sus recursos naturales y la no militarización.

 

La lucha por la isla Gorgona es la prueba de fuego de la lucha ambientalista. Los proyectos de infraestructura en Gorgona impulsados por varios ministerios están envueltos en controversia y deben ser suspendidos, al tiempo que es derogada la licencia ambiental del 2015 ( de la ANLA), no sólo por su daño ambiental, sino también por el daño a la soberanía nacional y jurídica, a la seguridad humana y a la paz del país.

 

Resultaría paradójico que la licencia ambiental que no prosperó en el gobierno de Santos y Duque, prosperara en este, de la ‘Potencia Mundial de la Vida’.

 

Debatir sobre la guerra contra las drogas en el Pacífico no pone a los movimientos y personas a favor del narcotráfico. Para despejar dudas y estigmatizaciones gubernamentales, hablo desde la espiritualidad yoruba que aboga por el equilibrio energético del mundo y de los seres humanos con la naturaleza, hablo como militante  de las luchas políticas y culturales del pueblo negro, que mantiene su identidad y  patrimonios culturales de africanía en nuestro país y desde la crítica fraterna a un gobierno que debe cambiar las costumbres políticas, su enfoque frente a los movimientos sociales y  profundizar los cambios estructurales en el país.

 

En la larga lucha independentista de la isla de Puerto Rico, sus artistas y músicos expresaron la resistencia cultural a ser colonia; Rafael Hernández  le cantó a su isla y la llamó por su nombre ancestral, Borinquen, su famoso lamento borincano, “sin bandera”, “levanta borinquen”. Luego contra la base militar se escuchó el  son para Vieques, canto a Vieques en la voz de Ismael Miranda y muchas expresiones culturales surcan el continente en solidaridad con la lucha de los boricuas.

 

En Colombia, el grupo Bahía, nos ha regalado con golpe de currulao y juga mayor, el himno de la lucha por la defensa de la isla Gorgona de Hugo Candelario González.

 


 

La Gorgona la Gorgona, paraíso terrenal

 

La Gorgona la Gorgona  territorio ancestral

 

y la vida que allá vive, nunca la podrá encontrar

 

La Gorgona está en peligro, la Gorgona hay que salvar.

 

Fotografía: Imagen de archivo de la entrada a la Isla Gorgona, en Colombia. Colprensa. Fuente: Infobae.

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