¡A parar para avanzar!


 Que los banqueros se hagan ricos con sus putos dedos y no con nuestros disminuidos ingresos económicos.

 

El gobierno de Duque y su partido el Centro Democrático definió una política económica, que tiene como gran resultado, llevar a los hogares colombianos a la banca (sentados y en quebranto) y a los bancos a la titular (jugando mal y ganando). Por un lado, las familias colombianas en la absoluta banca rota, y por otro lado, los bancos disfrutando a sus anchas de sus ganancias. Si nos permiten la metáfora, a los de a pie, nos tiene como gallinas desplumadas, pero al sistema financiero (los que viven de las rentas) como zorros con los dientes bien afilados para robar, perdón, comer, en el gallinero de al lado.

 

Desde los años 90’s con el 4 por mil las reformas tributarias (19 en los últimos 20 años) y en especial la aprobada en el 2019 y la que hoy motivó la rebeldía de tomar nuevamente las calles, están plenamente orientadas a salvaguardar las utilidades de los grupos financieros, las cuales, desde hace varios años provienen, en primera medida, del dinero público, a través de la exoneración de impuestos, beneficios tributarios y la captación de la emisión monetaria que realiza el banco de la república; y en segunda medida, de la captación de los disminuidos ingresos de los hogares colombianos, a través la bancarización obligada, los fondos de pensiones, las onerosas tasas de interés que debemos pagar por los préstamos o los pagos por cualesquiera de sus servicios financieros, incluidos los nada despreciables cobros por retiros o consultas de saldo.

 

Ante este panorama, sólo se puede concluir que el sistema financiero en Colombia gracias a Duque/Uribe, su partido centro democrático y sus aliados, los partidos conservador, cambio radical, liberal, partido de la U, se han convertido en un lastre para nuestra atrasada economía extractivista, así como para los desgastados bolsillos de los hogares colombianos, que ven como diariamente una gran parte del fruto monetario de sus labores, se desliza rápidamente sin barrera alguna, hacia las bóvedas de los bancos privados; condenándonos de esta forma, a la pobreza monetaria y pobreza monetaria absoluta, como lo enuncian las cifras del estudio del DANE para el periodo 2019 y 2020.

 

Para cualquier nación del mundo, es completamente descabellado asumir una orientación económica, bajo la tonta opción de subsidiar a la banca privada exprimiendo a diestra y siniestra los ingresos económicos de nuestra gente, aún más cuando se vive una época de crisis de salubridad, recesión económica y deterioro ambiental. Por ello, de persistir tozudamente por esta vía, se destruirá por completo la exigua producción nacional, condenando a la población colombiana a la miseria absoluta y permanente, cuando aún estamos en el tiempo de proponer una reconversión económica que abandone el extractivismo, impulse la producción agroindustrial e inicie la consolidación de una ciencia postcolonial.

 

El dinero de la reforma no está en nuestros bolsillos, está en lo que se roban los corruptos, y en las excepciones y beneficios tributarios que le dan a las grandes empresas y el sistema financiero.

 

¡HASTA QUE LA DIGNIDAD SEA COSTUMBRE!

 

ENRED PODEMOS

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