La facies de Vargas Lleras



|Por Alberto Pinzón Sánchez|

Quien quiera que le mire la facies post operatoria a Vargas Lleras, sabe que su sonrisa inexpresiva y su mirada vacía e indiferente, son la de una persona que tiene problemas con su cerebro. Esto mismo están viendo con tristeza los “Cacaos” dueños de Colombia y amigos suyos, para tener que descartarlo como el futuro presidente de los colombianos, asegurador, por otro periodo de 4 años, de la continuidad de las políticas neo liberales que se traen y que han profundizado aún más la crisis general de la sociedad colombiana.

Esta es la razón básica por la cual el cuento del Partido Liberal y adláteres de que el nuevo gabinete de gobierno para el “post conflicto”, nombrado por el presidente Santos ayer (27.04.2016) favorece a Vargas Lleras; es inexacta y les hace el juego a las gambetas electoreras distractoras de Santos, al mostrarlo como un ingenuo e inexperto jugador político y no como el fullero tahúr Trasnacional que realmente es.

JM Santos, fiel seguidor de las recetas anglosajonas sobre la continuidad del Poder, sintetizadas en el aforismo que un mandatario lo primero y único que debe pensar es en su reelección y, si esta no es posible, deberá pensar en quien continuará su obra; también ha sufrido la gran desilusión de mirar y hablar con Vargas Lleras, y sabe que no podrá ser su sucesor en la silla de Nariño.

Entonces ¿Quién podrá continuarlo? Ese es la pregunta que se debe estar respondiendo de acuerdo con los Cacaos dueños del país y el embajador de los EEUU, sobre la base de dos presupuestos. Uno, la necesidad económica trasnacional y geoestratégica de los EEUU para la Región caribeña de concluir la guerra contra-insurgente en Colombia (un resabio de la Guerra Fría mundial iniciada en Colombia en 1946) que se ha tornado anti económica a nivel Global y ha sumido a la sociedad colombiana en una gigantesca crisis de descomposición que amenaza los cimientos mismo de la sociedad actual y a toda Suramérica.

Dos, la imperiosa necesidad de continuar implementando las políticas neoliberales depredadoras-explotadoras que JM Santos como mascarón de proa del Bloque de Poder Contra-insurgente dominante, se ha comprometido a implementar como presidente de Colombia.

Esta dicotomía ha sido el argumento de un sector de la “Izquierda electoral” de apoyar la paz “negociada” de Santos (no la Solución Política del conflicto) pero sin aceptar su neoliberalismo depredador-explotador. Como quien escoge de su novia solo el cuerpo atractivo, pero rechaza la cara que le parece fea.

También es la base burocrática y experimental para la “gobernanza” actual, con la cual JM Santos ha escogido el nuevo gabinete ministerial que hoy nos presenta maquillado por la falsimedia oficial, y, además, el criterio de escogencia de la famosa terna cantada (de uno) para elegir Fiscal de la nación: Néstor Humberto, como él mismo lo ha dicho, será el puente jurídico tendido por los Cacaos y el departamento de Estado, hacia la fracción oligárquica de Uribe Vélez, Ordoñez y Lafauríe, con su poder factico mostrado el pasado dos de abril, opuestos visceralmente a la paz santista, pero también profundamente neoliberales y funcionales al gran proyecto global-regional.

Ahora bien ¿Cómo garantiza Santos la elección de su sucesor, llámese Humberto de la Calle, Luis Carlos Villegas, Simón Gaviria, Pardo Rueda, Serpa Uribe, o cualquier otro similar?

Fácil: Mediante dos mecanismos que el Bloque de Poder ha utilizado en estos 70 años de guerra contra-insurgente. Uno, la combinación adecuada de “garrote y zanahoria”. Garrote del gobierno Uribe y su ministro de defensa JM Santos y ahora, zanahoria de la cooptación de Angelino el zarrapastroso, del trepango Lucho y hoy, de Clara López, cooptación que también se ha ampliado al partido verde y con lo cual ha dividido totalmente a la llamada “Izquierda electoral”, quitándoles cualquier posibilidad a la de ir unidos a las próximas elecciones presidenciales.

Y otro, la fiesta electoral prevista, que cómo prueba ácida del triunfo electoral anunciado, ya tiene el calentamiento previo o entrenamiento para dar y recibir los ríos de dinero que correrán en la conocida práctica “democrática” electorera del Plebiscito “Unilateral”, con el cual JM Santos pretende refrendar el acuerdo final de la Habana, y que la fracción de Uribe Vélez piensa utilizar SI es derrotado, para revertir todo lo acordado en la Habana. Y de esta manera, continuar jugando con la incertidumbre que anunció desde un comienzo, cuando sentenció de que “nada estaba acordado hasta que todo estuviere acordado”. Manes de un experto y fullero tahúr, que los franquistas colombianos llaman orgullosamente, “talante del gobernante”.


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