Atar a la rata 2



Por: Pierre Díaz (Profesor FCHA-UT)

El martes 23 de abril del año en curso asistimos a lo que la administración de la Universidad del Tolima denominó “Rendición de cuentas vigencia 2013” que tenía como objetivo informar sobre “los avances en la planeación, ejecución, seguimiento, evaluación de los programas y proyectos de la institución.” Me quedaron muchas dudas después de asistir a la audiencia pública, en este texto comparto algunas muy claras y concretas.

La primera tiene que ver con lo que la actual administración de la UT entiende por rendición de cuentas: Invitar a la comunidad universitaria para que escuche un informe de gestión del rector Herman Muñoz, sin tener una posibilidad real de interlocución. Y digo esto, ya que la fallida, o mejor, engañosa metodología de preguntas-comentarios en papelitos puesta en práctica esa tarde, -engañosa porque hace creer a los asistentes que tienen suficiente espacio de participación-, negó la posibilidad de la réplica y la contrapregunta a respuestas desobligantes y exageradamente superficiales que dieron los funcionarios sobre aspectos problemáticos de la Universidad del Tolima. También negó el espacio para exigir respuestas cuando los funcionarios callaron, como cuando en uno de los papelitos se les solicitó una explicación clara sobre la considerable ampliación de la planta administrativa de la UT.

En el documento CONPES 3654 sobre rendición de cuentas del ejecutivo a los ciudadanos se recuerda que “la rendición de cuentas es la antítesis del poder monolítico. Establece una relación de diálogo entre los actores que exigen y los que rinden cuentas. Los hace hablar a ambos, involucrándolos en un debate público” (2010 p.14). A su vez, en la guía para autoridades territoriales y ciudadanía sobre rendición de cuentas elaborada por la ESAP se afirma que “El Gobierno Nacional concibe la rendición de cuentas social como una relación de doble vía entre la Administración y la ciudadanía, en la cual la primera tiene la obligación de informar sobre sus acciones y justificarlas, mientras que la ciudadanía tiene el derecho de exigir explicaciones, retroalimentar la gestión pública territorial e incentivar el buen desempeño y comportamiento de sus gobernantes y sus equipos de trabajo”. Queda claro que sin diálogo e interlocución no se puede decir que hubo rendición de cuentas.

Aunque no es el único documento que habla de este asunto, invito a la actual Administración de la UT a que revise la página 24 de la guía de la ESAP pues en cuadros sinópticos establece, entre otras definiciones, que la rendición de cuentas es “un espacio de diálogo constructivo entre la administración y la ciudadanía”, “una oportunidad para recibir retroalimentación de la comunidad y otros actores institucionales”. Además afirma que una rendición de cuentas no es “un evento o reunión de un momento. Implica varios espacios y acciones para la interlocución, por lo cual no se limita a la realización de una audiencia pública (subrayado mío). Tampoco es “un espacio para solamente: recibir aplausos, mostrar los aciertos, o ser escuchado (publicidad)”, ni mucho menos se la debe entender como “un espacio que depende de la voluntad del gobernante (que demuestra la benevolencia del mandatario)”. La guía cierra recordando que una rendición de cuentas no es “un consejo de gobierno o el espacio para la presentación del informe de gestión que se hace al Concejo o a la Asamblea.”

La bibliografía sobre el tema determina que existen varios tipos de rendición de cuentas. Las que hacen las universidades públicas, así como cualquier entidad pública, son de tipo vertical y de carácter social. En este caso, vertical no significa que las autoridades administrativas de la Universidad del Tolima están por encima de la comunidad universitaria -aunque la puesta en escena del martes quería mostrar eso: miembros del Consejo Superior y Académico ubicados en el estrado del auditorio frente a los asistentes- sino todo lo contrario, pues constitucionalmente desde el Presidente de la República, hasta el Decano de cualquier facultad de Ciencias Humanas y Artes es el representante de la comunidad. Esto no es un capricho personal, es lo que el documento CONPES consagra en la página 17:

“El supuesto fundamental de esta forma de rendición de cuentas está en el origen de la teoría de la democracia: la soberanía y el poder en una democracia residen en los ciudadanos y los gobernantes son representantes que deben responder ante estos, quienes los eligen y son la fuente de su legitimidad (y también pueden revocarles el mandato o no reelegirlos a ellos o a los partidos políticos que representen)”.


Imposibilidad de interlocución, metodología del papelito históricamente fracasada, diálogo inexistente, réplica de lo que ya otros documentos presentan, verticalidad entendida como la administración manda y la comunidad obedece. En conclusión: una rendición de cuentas no tiene nada que ver con lo que vimos el martes 23 de abril en el auditorio de la Gobernación del Tolima. La negativa a rendir cuentas sobre la ampliación de la planta administrativa, a conversar sobre las arbitrariedades cometidas por el grupo de asesores jurídicos de la Universidad; a hablar de la difamación y resoluciones arbitrarias contra profesores y estudiantes, entre otros muchísimos casos que hacen parte del transcurrir de la UT, solo genera desconfianza.

Cierro con dos dudas puntuales: el martes 23 de abril el rector de la UT afirmó que el edificio de la Facultad de Ciencias Humanas y Artes costó $1.883.419.301. En el CD institucional “Rendición de cuentas 2013” que contiene la información sobre la gestión 2012-2013 se dice que el costo fue de $2.210.201.776.8 ¿A quién le creo y por qué tan caro? Ese mismo día el profesor Herman Muñoz afirmó que en el 2013 se invirtieron 1.210 millones en espacios deportivos (muro de escalar, cancha de voleibol, baloncesto, fútbol, etc.) y que de esos 1.210 millones 400 millones se invirtieron en la cancha de fútbol. Definitivamente no me queda claro en qué se ha invertido tanto dinero.

Fuente: http://enusodenuestrasfacultades.wordpress.com/

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