Colombia, febrero 22 de 2014
Señor Comandante
Nicolás Rodríguez Bautista
Comando Central ELN
Reciba nuestro cordial saludo.
Bajo la premisa de que existe de su parte un interés auténtico por la paz en nuestro país, como “urgencia nacional y sueño de todos los colombianos”, respondemos a su comunicación del pasado 3 de febrero.
Coincidimos en que “el año 2014 debe ser definitivo para la paz”. En ese sentido aspiramos a que las negociaciones adelantadas en La Habana -entre el Gobierno Nacional y las FARC-, culminen en un acuerdo satisfactorio próximamente. Estimamos, como lo cree la inmensa mayoría del país, que el conflicto armado interno debe finalizar ya. Su continuidad prolonga innecesariamente el sufrimiento de la población y hace más difícil la aclimatación de pautas dignas y democráticas de convivencia. Consideramos necesario que se abran negociaciones entre el Gobierno y el ELN. Estamos persuadidos de que el buen éxito de las mismas depende en parte de Ustedes, de su decisión, que quisiéramos ver reflejada en gestos convincentes frente a la sociedad, en relación con su voluntad real de poner fin al uso de las armas en búsqueda de transformaciones económicas, sociales y políticas profundas.
Aunque evidentes signos de crisis en diversos ámbitos de la vida nacional muestran la urgente necesidad de nuevos diseños institucionales, persisten referentes institucionales y políticos, establecidos en 1991, que contribuyen a facilitar el camino para el fortalecimiento del Estado Social y Democrático de Derecho, los cuales no han perdido vigencia, no obstante el prolongado ejercicio de un régimen político y de formas de poder que pretenden alejar a Colombia de ese camino. Nuevos movimientos sociales, nuevas formas de expresión pacífica, multitudinaria como las de los indígenas, campesinos, estudiantes, mujeres, etc., ganan presencia en el espectro político latinoamericano y mundial. Estamos ante una oportunidad difícilmente repetible de encontrar la salida política al conflicto armado. Frente a un pasado de lucha y experiencia insurgente llegó la hora de la participación política abierta, movilizadora y eficaz.
Nada contribuiría más a incrementar la confianza en la genuina voluntad de paz expresada por ustedes que un proceso de posconflicto antecedido por una rendición de cuentas de todos las partes involucradas frente a las víctimas en términos de verdad, justicia y reparación. Además, facilitaría la creación de condiciones para que las gentes a quienes la violencia les arrebató sus tierras, puedan retornar con garantías y, efectivamente, recibirlas. Es necesario que dicho proceso avance sin que sigan abatiéndose las vidas de sus dirigentes. De la misma manera se requiere crear los espacios que hagan posible la participación política y social de quienes han estado comprometidos en la insurgencia y garantizar la existencia y desarrollo de nuevos partidos y movimientos políticos y sociales y sentar las bases que permitan las transformaciones económicas y sociopolíticas orientadas a superar las actuales condiciones de injusticia e inequidad.
Aceptamos, entonces, su invitación a intercambiar opiniones de cara a la sociedad colombiana, para construir con todas y todos a la anhelada paz, con el propósito común de reconstruir el tejido humano de nuestra sociedad y transformar a Colombia en una gran nación.
Firman:
María Elvira Samper Socorro Ramírez Rocío Londoño
William Ospina Gabriel Izquierdo SJ Medófilo Medina
Marco Palacios R Daniel Samper Adolfo Atehortúa
Rodrígo Uprimny Hernando Gómez B Alejo Vargas
Daniel Pecaut Francisco Leal B Eduardo Sarmiento
Leopoldo Múnera Marco Romero S Alfredo Molano B
Luís Jorge Garay Alfredo Gómez M Patricia Ariza
Fernán González Jaime Arocha Gonzalo Sánchez
Mauricio Archila Libardo Sarmiento A Jaime Zuluaga Nieto
Hollman Morris Carlos Mario Perea Luis Ignacio Sandoval
Álvaro Villarraga Luís Eduardo Celis Carlos Miguel Ortíz
Juan Carlos Célis Gonzalo Arcila R Álvaro Jiménez
Manuel Guzmán H Álvaro Delgado Carlos Salgado
Carlos Medina G Héctor Tico Pineda Alpher Rojas Carvajal
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