Ibagué sin agua, ¿Hasta cuándo?


|Por Nelson Lombana Silva|

Ibagué, la ciudad musical de Colombia, sufre uno de los peores desabastecimientos de agua de toda su historia. Durante las 24 horas viene el preciado y fundamental líquido por minutos. Es tal el problema que hasta los noticieros más ultra conservadores y reaccionarios de la región se vienen preguntando dónde está el gerente de la empresa de acueducto y alcantarillado de Ibagué, IBAL, Eduardo Bejarano. Sarcásticamente algún periodista decía en su noticiero: “Se busca”.

Lo que sí llega puntual y por las nubes son los recibos. Hay que pagarlos, no solamente cumplidamente sino completico como si hubiéramos tenido agua los 30 días del mes sin interrupción alguna. La única disculpa es el clima. Unas veces porque llueve mucho y en otras porque hace mucho sol. Como dice el dicho popular: “De todas maneras la morcilla es negra”.

¿Cuál es el colofón de toda esta tragedia? Se dice y se afirma que es todo un plan siniestro para crear las condiciones y justificar la privatización del IBAL. Esla vieja estrategia del capital privado para apoderarse de lo público. Así sucedió con Electrolima. Apagón iba, apagón venía, hasta que el común de la gente dedujo que era preferible pagar unos centavos más pero tener constantemente el fluido eléctrico. Y los principales accionistas cerraron filas y echaron a la calle a más de 800 trabajadores y dispararon sus ganancias. Pronto eso de la calidad del servicio pasó a un segundo plano. Pero ya no había tiempo de llorar, como dijera el emperador romano Julio Cesar, la suerte estaba echada.

El mega plan busca acabar con los acueductos comunitarios. ¿Para qué? Para hacer un solo paquete y entregarlo al sector privado. El alcalde Luis H. Rodríguez sigue a raja tabla la perversa política neoliberal. No se mueve un milímetro de esta criminal política que busca arrasar lo público y condenar a miles y miles de ibaguereños a la miseria. Incluyendo, por supuesto, a todos y todas que con tanta esperanza le votaron a pesar de ser un completo semáforo. Colocó a gerenciar a un tipo igualmente neoliberal e inescrupuloso, lleno de títulos y preparación para defender el gran capital y mentirle sin sonrojarse al pueblo humilde e ingenuo.

Se dice también en los mentideros políticos de la calle 12, que el señor gerente Eduardo Bejarano, con su “brillante sabiduría” y espíritu ibaguereño proyecta entregar el cobro a la empresa privada. Según el “genio” en el sector público no hay quien pueda elaborar una factura y cobrarla, se hace necesario botar a la callea muchos trabajadores y entregar esta actividad a particulares. ¡Qué genialidad tan genial!

Alguien le preguntó a un viejito que lleva más de 25 años laborando en el IBAL: “Si usted fuera el gerente, ¿Cómo resolvería el problema de la falta de agua?”. Sin titubear contestó: “Colocando la bocatoma un poco más arriba. Eso impediría en grado sumo la turbidez del agua”. Al lado de esa solución concreta habría que sumar la arborización y resuelto el problema para cien años más. Pero, el súper genio gerente, encuentra la solución en entregar el IBAL al capital privado. Repito:¡Qué genialidad tan genial!

Mientras en las alturas del poder se cuecen políticas contra el pueblo ibaguereño, éste se mueve en el océano de la resignación, la desunión y el analfabetismo político. Presidentes de juntas de acción comunal, que en su mayoría son fichas de los politiqueros de oficio, en vez de organizar sus comunidades para salir a protestar, “justifican” la infamia con el argumento de la resignación de las religiones y el adormecimiento de los medios de comunicación.

El doctor Alberto Bejarano Ávila propone la privatización del IBAL por otros caminos. Habla de la adquisición de acciones. Menos mal que por lo menos lo hace a título personal, porque a nuestro modo de entender es una propuesta neoliberal. ¿Quién puede comprar acciones? Pues el que tenga dinero. Así de sencillo. El agua es un derecho fundamental y vital para la vida que debe ser de todos y todas sin privilegios de ninguna naturaleza. Nadie tiene el derecho de apropiarse del preciado líquido.

La gran propuesta es la unidad. Romper la indiferencia y asumir una posición crítica y consecuente. Marchar por la calidad y cantidad del agua que sagrada mente pagamos mensualmente. Defender los acueductos comunitarios e impedir la privatización de la empresa de acueducto y alcantarillado de Ibagué, IBAL. No pensemos tanto en nosotros, pensemos en las futuras generaciones. El señor gerente Eduardo Bejarano debería renunciar, sería lo más aconsejable.  

Ibagué, mayo 12 de 2012.

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1 Comentarios

Anónimo dijo…
Es más que necesaria la renuncia de ese tipejo y un jalón de orejas al alcalde que como es cliché ya el solo mencionarlo: "prometió y prometió, pero no cumple!!". hagamos una marcha, una gran movilización, campañas de educación en los barrios. cómo es posible que llevemos tantos años en estas y solo le echemos la culpa al clima? eso es mucho descaro.

ATT: Darwin Baco.