“Marihuaneros, Gamberros, despedagogizados, groseros, pelagatos, son los epítetos que tienen la mayoría de profesores de ciencias sociales de la Universidad del Tolima para referirse a los jóvenes y sus manifestaciones. Si tanto les molesta la juventud contemporánea por qué no renuncian.” (Edgardo Moreno)
Los Profesores de la UT, alzados en improperios contra el movimiento estudiantil, deberían pasar de la contemplación a la transformación de la realidad académica. Ser consecuentes, no sólo con el cumplimiento de su deber “administrativo”, sino más bien con la obligación moral de liberar al Alma Mater de la corruptela, del clientelismo y del incesto institucional. Pero esto solo es posible si se liberan de la aureola de “iluminados” y de la nube de “humo” que les impide ver la realidad educativa.
Si tanto les preocupa la universidad, ¿por qué guardan un silencio sepulcral frente a las diversas crisis éticas, políticas y de derechos humanos al interior de la UT? Si tanto les interesa la generación de “conocimientos”, ¿por qué no se bajan de la “Atalaya Academicista” y aprovechan el tiempo “perdido” para analizar colectivamente los problemas urgentes de esta isla democrática llamada Universidad?
Si tanto les “indigna” el cierre de la universidad, ¿por qué no vuelven a recorrer y habitar los senderos oscuros de la “caverna” universitaria? ¿Acaso le temen a las sombras que ellos mismos han proyectado en el fondo de la caverna? ¿Acaso le temen a los objetos y sujetos “momificados” en el mundo subterráneo de la Universidad? ¿Acaso las únicas autoridades legítimas son aquellas que nacen del autoritarismo ilustrado o de las burocracias institucionalizadas?
- El último en salir de la UT… ¡apaga la luz!
Por Argemiro Rojas - UT
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