MINERÍA Y VIDA

Por Rodrigo López Oviedo.

- Uno de los grandes peligros que se ciernen sobre el Tolima, y desde nuestro departamento sobre los territorios que son bañados por el río Magdalena, es el peligro representado por la explotación de la mina de oro la Colosa, en la reserva forestal de Cajamarca.

Cajamarca no solo es una importante despensa agrícola del país, sino también una generosa fuente hídrica del río Magdalena a través de su río Coello. Estas dos características las perdería el Municipio si deja que la Colosa entre en explotación, pues ello obligaría a remover las entrañas de la montaña a través de toneladas de explosivos y a usar miles de barriles de cianuro que, luego de ayudar en la separación del mineral de oro, quedarían expuestos a su vertimiento desde la mina a las cuencas de los ríos mencionados, poniendo en peligro el suministro de agua potable de Cajamarca, Guamo, Espinal, los distritos de riego del plan del Tolima y la actividad productiva de todos ellos.

Pero, además, su población campesina se vería sometida a un desplazamiento hacia la minería, actividad que nada tiene que ver con su idiosincrasia, y desde la cual tendría que regresar cuando la mina deje de darle empleo por agotamiento del mineral de oro y en la suya tampoco lo encuentre porque esa misma explotación habrá hecho desaparecer las tierras cultivables.

Y mientras se llega a tal situación, nuestra región estaría aportando un nuevo grado de arena al estado de inseguridad alimentaria del país y este podría ser objeto de sanciones comerciales internacionales por permitir que su actividad agrícola, acuífera y pecuaria se desarrolle en condiciones de contaminación inaceptables.

Estos son solo algunos de los muchos inconvenientes que podría traernos el que se le autorice a Anglo Gold Ashanti la explotación de la Colosa. Por eso, el pueblo tolimense debe decirle no a esa explotación y sí a la vida; no a la negligencia gubernamental y sí a un modelo de desarrollo sostenible; no a la depredación de la naturaleza y sí a la seguridad alimentaria; no a las multinacionales de la minería y sí a la soberanía del país.

Y para decirlo, debemos acompañar a todas las organizaciones de ambientalistas que se han unido para tal fin y que este viernes, tres de junio, a partir de las nueve de la mañana, desfilarán desde las instalaciones de Cortolima hasta el centro de la ciudad,.

La naturaleza es la base de la vida y, al defenderla, estamos defendiendo el derecho de las nuevas generaciones a vivir en un ambiente sano y propiciatorio de condiciones que les permitan superar las limitaciones que les estamos dejando de herencia.

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