Vargas Llosa: entre ficciones ingeniosas del lenguaje y el cretinismo político



Salvo contadas excepciones, la prensa oficial y, con ella, sus comentaristas se han despachado con elogios, acríticamente, sobre el discurso que Mario Vargas Llosa (MVLl) pronunció, tras recibir el Nobel de Literatura. Casi ningún comentario crítico, a propósito de sus desatinos en materia de Historia y de Política, para no hablar del narcisismo y el exceso de autobiografía, se hizo sentir.

Como buen parásito del conocimiento, he esperado unos días para succionar letras críticas de alguna pluma autorizada, con tan mala suerte que ninguna botella a la deriva ha llegado a las frías playas del ciberespacio. En tal sentido, tuve que sacudirme mi ya característica pereza intelectual, y hacer un esfuerzo para tratar de explicarme, y comentar algo alrededor de este silencio casi cómplice.

Volver a leer el discurso de Aceptación del Nobel por parte de Gabo o de Neruda, permite colocar en dimensión las palabras de MVLl, pues el contraste posibilita, al menos desde mi perspectiva, hacer algunos apuntes, ahora que comienza a asentarse el vaho de la emoción ajena.

Debo advertir que uso la palabra cretinismo, como una figura aplicada a alguien que se define a sí mismo como Político, pero que, además se considera del mundo civilizado y escudero del tan mentado y tristemente célebre progreso liberal. Ofrezco disculpas a quienes, por el azar de las mutaciones de la naturaleza, o las alteraciones producto del “Progreso”, no alcanzan a dimensionar el mundo civilizado de MVLl, y lo único que ellos merecen es el afecto y la solidaridad de aquellos que, como dice Saramago “ya mucha suerte hemos tenido de venir a este mundo con la genética organizada” (1)

Un temperamento refrigerado y una humildad no fingida, deberían coronar el éxito del maestro, cuya sabiduría y extensa vivencia, lo colocan como un referente vivificante de la Crítica, con mayúscula. Un escenario como el de Estocolmo, sin renunciar a los principios, exige el cuidado de quienes, por una serie de circunstancias muy particulares, se convierten por unos ceremoniales minutos, en portadores de la voz universal del arte. MVLl nos dice tempranamente en su discurso que:

“La literatura crea una fraternidad dentro de la diversidad humana y eclipsa las fronteras que erigen entre los hombres y mujeres la ignorancia, las ideologías, las religiones, los idiomas y la estupidez” (2)

A esas alturas del discurso las palabras se cuidaban las unas a las otras sin dejar entrar en escena al “político”; es decir, sin asomos de odio o ganas de “destruir la fuente de su infelicidad” (3) como dirían los freudianos. A partir de allí, comenzó a escribir literalmente con el cálamo recién arrancado de ignoto alado, y salvo algunos pasajes, cuando se yergue frente al espejo del tamaño de su ego o nos refresca sus estupendos personajes de creación literaria, su pluma se invierte, y en lugar de continuar la pieza de literatura, encontramos brochazos de venganza política, de simplificaciones de la historia, donde el bosque de epítetos deja al descubierto su superficialidad, abandonando al escritor, cambiándonos el escenario, y dejando a la deriva al literato. A partir de allí, y montado en improvisada y estrecha balsa, es prisionero de inescrupulosa tripulación, autores del ya tristemente célebre Perfecto Idiota Latinoamericano[3], cuyo único combustible es el odio de renegados, emanado de su opaco retrovisor de la historia.


Distinta es la manera magistral como Neruda acepta sus terrenales errores y reafirma sus convicciones. Precisamente en ese mismo escenario, en 1971:

“En verdad, si bien alguna gente me consideró un sectario, sin posible participación en la mesa común de la amistad y de la responsabilidad, no quiero justificarme, no creo que las acusaciones ni las justificaciones tengan cabida entre los deberes del poeta. Después de todo, ningún poeta administró la poesía, y si alguno de ellos se detuvo a acusar a sus semejantes, o si otro pensó que podría gastarse la vida defendiéndose de recriminaciones razonables o absurdas, mi convicción es que sólo la vanidad es capaz de desviarnos hasta tales absurdos. Digo que los enemigos de la poesía no están entre quienes la profesan o resguardan, sino en la falta de concordancia del poeta. De ahí que ningún poeta tenga más enemigo esencial que su propia incapacidad para entenderse con los más ignorados y explotados de sus contemporáneos; y esto rige para todas la épocas y para todas las tierras” (4)

Una gran deuda de MVLl es con los oprimidos y los vencidos de nuestro continente. Los intelectuales serios, independientemente de su orientación política, no recurren al concepto decimonónico de cultura, mínimamente reconocen la diversidad y la existencia de diferentes, metarelatos y cosmovisiones. Otra cosa es la solución que, desde diversos puntos de vista, se proponen para la resolución de las contradicciones. Naturalmente a MVLl no le vamos a pedir que suscriba la idea de historia en Walter Benjamin en el sentido de que “todo documento de cultura es también un documento de barbarie”.

MVLl se enorgullece de “sentirse heredero de las culturas prehispánicas que fabricaron los tejidos y mantos de plumas de Nazca y Paracas y los ceramios Mochicas o Incas que se exhiben los mejores museos del mundo”, pero soslaya las guerras de colonización de las potencias europeas. Ignoró de plano la Brevísima relación de la destrucción de Indias, del padre de Las Casas, que vale la pena subrayar, ni siquiera conoció al predicador Thomas Müntzer para descartar cualquier señalamiento de protocomunismo.

Menos afortunado es que este discurso coincida con el año del Bicentenario de la Primera Independencia. Ya que su catadura no le da para conmemorarlo, por lo menos lo hubiese celebrado a la usanza de los historiadores del establecimiento. Caso contrario el de Saramago, que sin ser panfletario y siendo europeo, hace un acto de reconocimiento citando su novela La Balsa de Piedra:

“Separó del continente europeo a toda la Península Ibérica, transformándola en una gran isla flotante, moviéndose sin remos ni velas, ni hélices, en dirección al sur del mundo, “masa de piedra y tierra cubierta de ciudades, aldeas, ríos, bosques, fábricas, bosques bravíos, campos cultivados, con su gente y sus animales”, camino de una utopía nueva: el encuentro cultural de los pueblos peninsulares con los pueblos del otro lado del Atlántico, desafiando así, a tanto se atrevió mi estrategia, el dominio sofocante de los Estados Unidos que la América del Norte vienen ejerciendo en aquellos parajes.” (5)

Desde luego, para MVLl y sus amigos, Bolívar, Morazán, Artigas y Martí, entre otros, son los responsables del síndrome de la idiotez latinoamericana. ¿De qué patriotismo nos habla? Para él, los verdaderos héroes son aquellos que traicionaron el proyecto emancipador, y ahora resulta, que no somos “civilizados” por culpa de los vencidos y humillados y casi que somos nosotros los que tenemos que indemnizar a la metrópoli. Miguel Ángel Asturias no ahorró palabras para reivindicar a los vencidos:

“Cataclismos que engendraron una geografía de locura, traumas tan espantosos, como el de la Conquista, no son antecedentes para una literatura de componenda y por eso nuestras novelas aparecen a los ojos de los europeos como ilógicas o desorbitadas. No es el tremendismo por el tremendismo. Es que fue tremendo lo que nos pasó. Continentes hundidos en el mar, razas castradas al surgir a la vida independiente y la fragmentación del Nuevo Mundo. Como antecedentes de una literatura, ya son trágicos.” (6)

Para estos prestidigitadores del pasado no hubo esclavitud, ni resistencia indígena ni fuentes de las grandes revoluciones liberales, pues según ellos hay que agradecer a España “que, con sus espadas y caballos, trajeron al Perú a Grecia, Roma, la tradición judeo-cristiana (…) Y que con España llegara también África, con su reciedumbre, con su música… a enriquecer la heterogeneidad peruana” (7). Qué contraste con el discurso de Alexander von Humboldt, quien premonitoriamente, en Acerca de la Esclavitud, decía:

“En vano algunos escritores perspicaces, para echar un velo a la barbarie de las instituciones con las ficciones ingeniosas del lenguaje, han inventado los términos de cultivadores negros de las Antillas, de vasallaje negro, y de protección patriarcal; porque es profanar las nobles artes del entendimiento y de la imaginación, el disculpar con comparaciones ilusorias o con sofismas capciosos los excesos que afligen a la humanidad y le preparan conmociones violentas.” (8)

Hay que concederle a MVLl que es cierto que con la espada – pues la importancia del caballo ya está superada- y con la cruz impusieron en parte la cultura judeocristiana, pues el mito de la completitud de la Conquista también ha sido superado (9); pero, de allí a afirmar que nos trajeron a Grecia y a Roma es falsear intencionalmente la historia. Se le olvida decir, que salvo algunos momentos ilustrados tardíos con Carlos III, la filosofía era en realidad teología, y los administradores eran las órdenes religiosas, bajo la larga sombra de los Torquemada. En realidad, lo que se podría denominar como una Ilustración Americana, era más universal que la pobre “ilustración” española. Olvida que la educación, durante siglos, estuvo de espaldas a la ciencia moderna y que bien dura fue la batalla que dieron Mutis, Moreno y Escandón, y todos aquellos que, como Torres y Caldas, fueron fusilados por Pablo Murillo en 1816. Así pues, que los virreyes, los militares y las órdenes religiosas en general, no es que fueran unos fieles exponentes del pensamiento clásico de Grecia y Roma.

De la misma manera, dejó de lado los mínimos modales de la urbanidad de la tan exaltada sociedad occidental. Ya que en su vocabulario está vetada la palabra reconocimiento, porque puede estar emparentada con el subversivo concepto de Dialéctica, por lo menos pudo haber recurrido a la virtud del agradecimiento, y hacerle homenaje al clásico texto liberal de La Teoría de los Sentimientos Morales – Adam Smith -, donde se recomienda que es necesario moderar nuestras pasiones, tanto por exceso como por defecto, hasta el punto que los demás puedan considerarlas apropiadas o convenientes. El agradecimiento, que según el diccionario de la RAE en una visión más mundana es el “sentimiento o muestra de gratitud por algo recibido”, también brilla por su ausencia. El homenaje es a la Madre España, a Paris, a Barcelona y América Latina aparece como un mal necesario y como un territorio por incorporar en la “civilización”. Hombres de un pensamiento fiel al liberalismo ilustrado, como José Martí, ya desde 1891 en Nuestra América había precisado que: “No hay batalla entre la civilización y la barbarie, sino entre la falsa erudición y la naturaleza”.

Ni una palabra a quienes contribuyeron a sus primeros pasos de difusión y reconocimiento en el ámbito latinoamericano. Ni una palabra, así sea nostálgica, a Casa de la Américas y, por el contrario, pone a Cuba y a los recientes procesos democratizadores de América Latina, al lado de las más brutales dictaduras fascistas echando en un mismo saco a la derecha genocida Colombiana con los demócratas y revolucionarios de países como Brasil, Uruguay ,Venezuela, Ecuador y Bolivia. Se le olvida al señor MVLl, que la simplificación acrítica en asuntos de política puede constituirse en un juego peligroso. Llamar “payasada” a semejantes levantamientos sociales y sus desarrollos políticos, además de arrogante es irresponsable.

“Notable escritor, pero mal político” ha dicho Roberto Fernández Retamar (10) y además ha agregado que:

“Mario, es el ejemplo más flagrante del escritor que va de un extremo al otro. El no solo era revolucionario sino radical. No solo apoyaba a la revolución cubana sino a todo el movimiento de la izquierda de América Latina” y continua “Yo me atrevería a decir que fue un hombre, no de izquierda, sino de extrema izquierda. Como ahora no diría que es de derecha sino de extrema derecha. Ha dado un cambio muy grande y lo que se ha conservado vivo en él es su talento literario”.

Pero sus simplificaciones y en general su acomodamiento político cuando se refiere a los nacionalismos (Pág. 7) lo pone en problemas hasta con la derechista Convergència i Unió de Cataluña, que reúne en su seno a liberales y democristianos. Jordi Pujol, dirigente CIU dijo que el escritor:

"nos habla de una Barcelona de los años 70 maravillosa, pero eran los años de Franco, de la persecución del catalán, de mucha gente en la cárcel, y Vargas Llosa no se había enterado de esto". (11)

MVLl refiriéndose a Borges decía, en 1999, que “No es verdad que la obra de un escritor pueda abstraerse por completo de sus ideas políticas, de sus creencias, de sus fobias y filias éticas y sociales.” (12) Siendo consecuente con esta cita, no cabe la menor duda de que su discurso político no es una improvisación ni mucho menos palabras al aire de un político diletante. Eso es lo que piensa, convirtiendo sus palabras en ficciones ingeniosas del lenguaje, haciéndole el juego a perversas ideologías del pensamiento único, al tiempo que nos invita a luchar contra el totalitarismo.

Sería muy extenso desenmascarar en esta nota otras simplificaciones, como reducir la izquierda peruana al senderismo y desconocer cómo fue destruida Izquierda Unida, la revolución china sólo fue masacre, la revolución rusa no jugó ningún papel en la salida del feudalismo ni en los procesos de liberación de África, y la guerras de agresión de Irak y de Afganistán son culpa de lo “terroristas”, y suave con los jeques corruptos del mundo árabe e Israel y “ni mú” sobre el masacre al pueblo Palestino. También queda pendiente decir algo sobre las sandeces que dice sobre Marcuse, Fanón, Galeano y otros intelectuales comprometidos. Y claro, el calentamiento global es un invento de la izquierda.

Cómo no recordar las palabras de Gabo - La Soledad de América Latina - cuando en su discurso de aceptación del Nobel, sin formalismos y con un liquiliqui tropical, después de hacernos un recorrido de las tragedias políticas de Nuestra América y concluir que “No hemos tenido un instante de sosiego”, sostiene:

“La solidaridad con nuestros sueños no nos hará sentir menos solos, mientras no se concrete con actos de respaldo legítimo a los pueblos que asuman la ilusión de tener una vida propia en el reparto del mundo” (…) ¿Por qué la originalidad, que se nos admite sin reservas en la literatura, se nos niega con toda clase de suspicacias en nuestra tentativas tan difíciles de cambio social?” (13)

Desde la posición de un pensamiento de izquierda sensato, hay que seguir leyendo al literato tal como se hizo con Borges o en su confuso momento con Heidegger. Los revolucionarios tenemos capacidad para discernir entre la obra de arte y la opinión política de su realizador. No echamos a la hoguera las creaciones socioculturales, ni mucho menos actuamos como “El renegado – que- no defiende ya el socialismo de los abusos poco escrupulosos; ya no trata de vaciar el agua sucia de la revolución (...) para proteger al niño del baño: descubre que el niño es un monstruo al que hay que estrangular. El hereje se convierte así en renegado.” Así lo sentenció en 1970, Isaac Deutscher en su texto Herejes y Renegados.


Alfredo Holguín M.

Militante del PCC(PDA)

Miembro de la Fundación Walter Benjamin

Tynset, Noruega, 14.12.2010

http://alfredoholguin.blogspot.com/

[1] Discurso de aceptación del Premio Nobel por José Saramago, pág. 8. 10/12/1998

[2] Discurso de aceptación del Premio Nobel por Mario Vargas Llosa Elogio de la lectura y la ficción, pág. 3. 10/12/2010

[3] Panfleto prologado por Mario Vargas Llosa y escrito por “conocidos ujieres de la ultraderecha republicana” del continente como lo son Plinio Apuleyo Mendoza, Carlos Alberto Montaner y Álvaro Vargas Llosa. Mario Roberto Morales magistralmente nos resume la idea del perfecto idiota como aquello que implica “… no aceptar que los empresarios son la única y mejor fuente de riqueza y empleos, y que los consumidores de sus productos son los verdaderos reyes de la sociedad pues ellos son los que deciden lo que los serviciales empresarios deben ofrecerles para que satisfagan sus necesidades. Como esta verdad no es aceptada por la mayoría de latinoamericanos, eso hace que la idiotez sea una enfermedad generalizada, más que cualquier otra, entre nosotros.” Tomado de http://hablaguate.com/

[4] Discurso de aceptación del Premio Nobel por Pablo Neruda, pág. 5. 10/12/1971.

[5] Discurso de aceptación del Premio Nobel por José Saramago, pág. 7. 10/12/1998

[6] Discurso ofrecido por Miguel Ángel Asturias durante banquete del Nobel en 1967.

[7]Discurso de aceptación del Premio Nobel por Mario Vargas Llosa Elogio de la lectura y la ficción, pág. 6. 10/12/2010

[8] http://dominiopublico.es/libros/Alexander_von_Humboldt/

[9] Ver Los Siete mitos de la conquista española de Matthew Restall. Paidós, Barcelona 3ª EDICIÓN, MARZO DE 2010.

[10] Director de la Academia Cubana de la Lengua. Actualmente es presidente de la Casa de las Américas. Texto tomado de http://www.proceso.com.mx/rv/modHome/detalleImpreso/152446

[11]Elpaís.com - AGENCIAS - Barcelona - 10/12/2010

[12] NOVIEMBRE DE 2010. Borges, político por Mario Vargas Llosa

[13] La Soledad de América Latina. Discurso de aceptación del Premio Nobel, Estocolmo, 1982-

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1 Comentarios

Esto es lo que queria que los intelectuales dijesen de Vargas Llosa, por fin alguien que nos expone la queja que ya merodeaba por los circulos de intelectuales y artistas que nos trgamos con dificultad ese Nobel de literatura. Nadie desconoce la calidad de la obra de Vargas Llosa pero tampoco se niega la incoherencia de su discurso político. El había declarado que la literatura nacía en estos ambientes de represión y dictadura pero no vayamos a creernos que para preservar la literatura vamos a perpetuar a la barbarie. Porque no lería aquellos bellos cantos precolombinos y con hermosos poemas de amor de todas las épocas, o los hermosos escritos filosoficos de oriente. Vargas Llosa, no te entiendo, eres tu quien escribiste la ciudad y los perros?