El Tolima en el laberinto y sin general





A pesar de las cifras maquilladas por parte del gobierno departamental, la realidad del Tolima, corazón de Colombia, es bien compleja. Dos verdades discurren en el amplio, llano y empinado territorio: Virtual y Real.

El primero presenta un departamento supuestamente pujante, lleno de obras para la comunidad, desarrollo, liderazgo del señor gobernador, cero corrupciones y presencia efectiva en los 47 municipios, apertura y democracia. Un paraíso.

Eso es lo que presentaron los medios de comunicación durante el año que culminó mediante sendos y permanentes publirreportajes, los cuales fueron presentados como noticias imparciales y objetivas.

La realidad es otra cosa. Aumento dramático del desempleo, superando el 18.7 por ciento, sobre todo en la ciudad musical de Colombia. Privatización de la industria aliada de la planta más importante para la producción de café soluble instalada en Ibagué, pasando a manos del grupo nacional de chocolates, quien se quedó con el 83.33 por ciento de las acciones en un negocio concretado en la suma de $16.666 millones de pesos.

Empero, allí no paró la racha privatizadora, porque la aéreo línea chilena LAN compró el 98.94 por ciento de las acciones de Aires, una empresa que había nacido en esta ciudad musical. El recorte de las regalías para concentrarlas en el gobierno central tiene en vilo a la comunidad de la región. El futuro resulta incierto para las comunidades.

La corrupción es el pan nuestro de cada día, lo que pasa es que el miedo a denunciar por las amenazas o porque lo más probable es que salga salpicado, hace que el manto de la impunidad y el silencio sepulcral se impongan hasta en los contratos más sencillos.

Los megaproyectos no son para las comunidades humildes y campesinas, ni para los obreros de la ciudad, como insiste el gobierno nacional y departamental. Son en realidad para desarrollar el capitalismo en el marco del modelo neoliberal.

Son cuarenta los casos de “falsos positivos”, es decir, ejecuciones extrajudiciales, debidamente documentadas en el Tolima, según REINICIAR y más de cien por documentar.

La prostitución, el alcoholismo, la falta de oportunidades para tener acceso a la salud y a la educación en nuestro departamento es muy grande. Vienen muriendo niños de física hambre, lo mismo ancianos. Esa es la realidad.

Se viene legalizando el más brutal ataque contra la naturaleza a partir de la explotación de la minería. Verdaderos sistemas ecológicos están en la mira, caso de los alrededores del municipio de Cajamarca con la explotación de la mina de oro de La Colosa. Sin embargo, todo parece indicar que éste es apenas un caso concreto en el Tolima, casi todo el territorio está en inminente peligro.

La instalación de hidroeléctricas en el sur: Chaparral, Ortega, Rioblanco, Planadas, Roncesvalles, etc es un atraco a los recursos naturales de la zona, a los campesinos y campesinas y desde luego, al medio ambiente. Esa es la cruda realidad.

Todo viene sucediendo a espaldas del pueblo y bajo estricta militarización, con el fin de borrar de la faz de la tierra toda manifestación de resistencia. Solo el Polo Democrático Alternativo y los comunistas vienen llamando a los tolimenses a despertar de ese letargo y asumir una posición crítica y consecuente. Una posición unitaria. Esperamos que el año venidero, sea un año de mucha lucha, mucha resistencia y mucha unidad.

Por Nelsón Lombana Silva.
Ibagué, enero 3 de 2011

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1 Comentarios

troya dijo…
Muy bien Nelson, como siempre denunciando el lado oscuro de la modernidad y postmodernidad, que el hombre contemporáneo - mezcla de moderno y postmoderno- tapa con la astucia gatuna.