Compadres y comadres: En estos 365 días y noches les deseamos dignidad y resistencia y ganas de luchar por un mundo que nos incluya a todos y todas. Gracias por elegir la dirección contraría, la de el salmón que frente a la corriente reivindica la lucha y la dignidad como principios supremos una América soberana y justiciera.
Saludamos a hombres y mujeres, jóvenes y niños, ancianos y ancianas, enfermos y sanos, del campo y la ciudad, organizados y no organizados, cercanos y lejanos, libres y esclavizados, del páramo, de los valles, de los llanos y del mar….
Saludamos a los sin techo, a los sin tierra, a los descalzos, a los noctámbulos, a los seres que se encuentran al otro lado del silencio, a los hombres y mujeres que por motivos espaciales o psiquiátricos nos esperan al final de la travesía, a quienes a causa de los apagones “bioenergéticos” sólo alumbraron de forma intermitente.
Saludamos a los cientos de luchadores, a los anfibios que resisten la adversidad con dignidad y firmeza, a los defensores de la resistencia, a los amantes de la vida, a los combatientes de la libertad, a los “sobrevivientes”… a los hermanos, a los familiares y amigos, a los compañeros de viaje, a los salmones… a cada uno de sus corazones rojos y encendidos, a cada pabellón solidario y receptivo…
Los saludamos con la misma invocación espiritual del pueblo kitu kara de la hermana república del Ecuador:
(abrimos comillas)
“Estamos viviendo el ocaso de la vida que conocemos. Estamos viviendo el nacimiento de un nuevo tiempo.
Sentimos que hombres y mujeres no se están dando cuenta de esta realidad, que siguen convirtiendo sus sueños en oro y plata, que siguen viviendo la ilusión del poder y la importancia, que piensan y no corazonan.
Sentimos pena de los corazones cerrados, que, confundidos y en desconocimiento, solitarios y acechados por los temores, se aferran a lo viejo, y no se arriesgan a confiar, a soñar, ni a caminar. Entristecemos al ver su mezquindad, que no pueden amar, confiar y usan los dones que reciben para ofender la vida...
Viendo y sintiendo esto, hemos decidido unirnos en una sola canción de resistencia. Cantar anunciando que las estrellas existen aunque nuestros ojos miopes no las ubiquen en el firmamento. Cantar anunciando que la venida de un nuevo tiempo nacerá en cada uno de los corazones sensibles y comprometidos. Cantaremos para sentir que no estamos solos. Cantaremos para llamar a la gente. Cantaremos para que la gente que quiera cante con nosotros. Cantaremos para que se abran los corazones que estén dispuestos.
Cantaremos para corazonar.
Cantaremos porque es el tiempo de Salmolandia, los danzantes de lluvia con propósito. Lo haremos porque, como la Tierra, somos más agua que polvo, y porque el agua es el medio de comunicación del no tiempo.
¡Para todos todo!
¡Paz, Amor y Justicia Para Todos!
¡Quien escuche y sienta, sea libre y venga!
(Seguimos sin cerrar las “comillas”)
3 Comentarios
Responsables
El Salmon Revista
Felicitaciones por lo que hacen por este medio líquido, les deseo un feliz año en unión de todas sus familias. Volver la utopia....topia por una América Latina unida como hermanos en lo social, político y económico, sin exclusión
Un abrazo fraternal y sincero
Edgardo y Familia
Un abrazo.
Lidia Amelia- Pelusa
www.pelusaradical.blogspot.com
De un Uruguay Posible, sin ex guerrilleros conversos al neoliberalismo. De un Uruguay Posible, cuando se respeten los derechos humanos del hoy, y del ayer.