FORO: CRISIS, DEFICIT FISCAL Y BOLSILLO CUIDADANO (Bogotà, 13 y 14 de mayo)







Tras ocho años de Gobierno de Uribe Vélez, el panorama nacional no puede ser más desalentador para el pueblo: Caída de la actividad económica con ligeros repuntes que no se consolidan; incremento del desempleo y subempleo; aumento de la criminalidad y el desplazamiento forzado en los campos y ciudades colombianas; en resumen, deterioro de la calidad de vida del conjunto de la población.

Las trompetas del régimen atribuyen tan calamitosa situación a la repercusión en Colombia de la crisis financiera que golpeó al planeta durante 2009, ocultando de manera deliberada que los síntomas recesivos en el país ya se asomaban mucho antes de la crisis de pagos de las deudas hipotecarias norteamericanas que casi llevan al colapso al sistema financiero mundial.

No solo los apologistas del uribismo pretenden soslayar la fuente de los males nacionales. Tras el hundimiento del referendo reeleccionista en la Corte Constitucional, también los supuestos relevos del actual Presidente de la República eluden cualquier debate sobre la situación económica y social, prefiriendo enfrascarse en discusiones sobre quién es el auténtico heredero político de un Primer Mandatario en retirada.

Así, el país, no ese que vive la gente en los medios, que es muy diferente al que se padece cotidianamente, sigue paralizado. Ya no en torno a la encrucijada del alma, sino en un extraño estado de generalizada bobería nacional en la que todo se debate, menos lo importante.

Por tal motivo, organizaciones sociales populares de indígenas, estudiantiles, de trabajadores, campesinas, académicos, desplazados, afrocolombianos y mujeres, buscando construir entre todos y todas las salidas a las angustias cotidianas y reales de las mayorías, y no aquellas que imponen los medios de información, convocamos a los candidatos presidenciales, y por intermedio de ellos y nosotros, proponer al resto de la Nación un dialogo abierto y franco que obligue a destapar las cartas de un juego en que está en juego la vida y el futuro de la población.

Como los mayores de nuestros pueblos, veredas y ciudades, proponemos caminar la palabra alrededor de: ¿Cómo impacta en el futuro de todos y todas y determina la calidad de nuestras vidas el déficit en las finanzas del Estado colombiano?


No es caprichosa la pregunta, Tampoco debe ser resuelta en ámbitos cerrados y mucho menos por parte de tecnócratas que no rinden cuentas sino a minorías interesadas. Las respuestas a este interrogante prefiguran el futuro. Si se quiere, diciéndolo coloquialmente, anticipa como será la procesión y quien será el crucificado.

El asunto planteado no es cualquiera, Si se quiere posibilita una discusión democrática del tema: De un lado, las propuestas de unos candidatos que heredan del supuestamente más popular Presidente de Colombia, un estado desvencijado ; de otro, las construcciones teóricas y los estudios que evalúan la realidad hechos por la Academia; y del otro, las alternativas que levanta un movimiento social popular que se niega a seguir pagando los costos de unos erráticos pero bien maquillados ejercicios de Gobierno.

El debate es urgente. La expedición de la Declaratoria de Emergencia Social por parte del Gobierno Nacional, buscando en teoría evitar un colapso del Sistema de Seguridad Social en Salud, medida que se distanció solo en un mes del anuncio en noviembre de 2009 de un recorte de 5,9 billones de pesos en el gasto público, indica que de manera solapada y sin ningún tipo de discusión se pretende adelantar en Colombia, parceladamente, un Plan de Ajuste a las Finanzas Públicas del tipo de los que imponía en el pasado el Fondo Monetario Internacional a los países del tercer mundo y que terminaban por sumir en la miseria a los pueblos al descargar sobre ellos los costos de los ajustes.

A la decisión gubernamental de darle trámite en el Congreso de la República a todas las medidas contenidas en los decretos de la Emergencia Social, ante su evidente naufragio en la Corte Constitucional, se unen los anuncios de adelantar reformas por la misma vía a la Ley General de Educación, al Sistema General de Seguridad Social en Pensiones para extender la edad mínima y el tiempo de cotización; así como una nueva reforma Tributaria que expanda la base del IVA y la unificación de sus tarifas mientras deja intactas las exenciones en materia de impuestos de que goza el capital, tales como contrato de estabilidad tributaria y zonas francas , entre otras.

Por ello lo importante y lo urgente de este debate. Posible solo en la medida que lo rescate un movimiento social popular y sus organizaciones, ante el

Triste espectáculo de una disputa por el sillón presidencial en la que la ausencia de propuestas de los candidatos se oculta tras el velo de los acuerdos y las alianzas hechas por simple cálculo electoral.

Un debate que debe ser integral sin que se pierdan las especificidades de las reivindicaciones sectoriales. Y debe concluir con la articulación de las luchas y reclamos. Porque el evento al que nos auto convocamos y convocamos, EL 13 Y 14 DE MAYO. no es el fin de un proceso sino el comienzo de un camino; un camino cuyo trasiego nos permita reconocer que las diferencias que surgen de pensar nuestras angustias como únicas, más que alejarnos nos emparentan, nos unen, permitiendo que múltiples voces se funden en una sola voz, que nos reconoce a todos y en la cual todos nos reconocemos.



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