Martín Batallas, Los que mueren por la vida, no pueden llamarse muertos

El 14 de enero de 2008 Martín Hernández Gaviria, fue asesinado por paramilitares en el barrio Castilla, Comuna 5 de Medellín. Otra vez, las balas de los cafres nos asesinan los sueños.


Prohibieron ir a la escuela e ir a la universidad.
Prohibieron las garantías y el fin constitucional.
Prohibieron todas las ciencias, excepto la militar.
Prohibiendo el derecho a queja, prohibieron el preguntar.
Hoy te sugiero, mi hermano, pa' que no vuelva a pasar,
¡Prohibido olvidar!

(Ruben Blades)



No tuvimos más alternativa. Desde hace dos años se nos impuso renunciar a su presencia viva, caminar con su recuerdo y recrear sus infinitas historias. El 14 de enero de 2008 Martín Hernández Gaviria fue asesinado por paramilitares en el barrio Castilla, Comuna 5 de Medellín.

Como un sinnúmero de hombres y mujeres antes que él, Martín entregó todo por su afán de justicia social, libertad e igualdad irrefrenables. Pese a las adversidades impuestas por esta sociedad excluyente que nos roba los sueños y nos encadena a una existencia miserable, prevalecieron sus ímpetus rebeldes ante las limitaciones materiales y sociales, trascendió el simple conocimiento de los problemas sociales que lo circundaban y que padecía en carne propia, y optó por contribuir con sus ideas y perseverancia en la transformación de la sociedad.

Martín Hernández, por quien se pintaron las paredes universitarias, por quien se dibujó un rostro en el muro de los que permanecerán presentes, fue un destacado líder social de vieja data. Desde su juventud sobresalió por su participación en procesos organizativos a nivel barrial y estudiantil. Se desempeñaba como profesor del área de sistemas de un instituto técnico de la ciudad y recientemente obtuvo el título de Politólogo al graduarse de Ciencia Política en la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín.

Su asesinato es un episodio redundante en un país en el que los actos terroristas del Estado cometidos contra todo aquel que pretenda contradecir, desde el pensamiento o la acción, los parámetros establecidos, es pan de todos los días. Actos que, por demás, dejan a su paso silencio y desmemoria, armas en las que se apoyan los poderosos para rehuir ante la historia sus responsabilidades por los hechos represivos, mientras al mismo tiempo usan todos los medios en su poder para confundir a las nuevas generaciones, y sumir en el descrédito y el olvido a los protagonistas de protestas y descontentos sociales.

No me pregunten quién soy
ni si me habían conocido.
Los sueños que había querido
crecerán aunque no estoy.
Ya no vivo, pero voy
en lo que andaba soñando.
Y otros que siguen peleando
harán nacer otras rosas...
En el nombre de esas cosas
todos me estarán nombrando
Para no olvidar...

Tomado: www.kaosenlared.net/noticia/colombia-martin-hernandez-gaviria-mueren-vida-no-pueden-llamarse-muert


Bienvenidos a la dirección contraria!!!

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1 Comentarios

Anónimo dijo…
ME ENCANTA QUE RECORDEMOS A NUESTROS LIDERES SOCIALES. QUE SEPAN QUE PUEDEN MATAR SU CARNE, PERO NUNCA SUS IDEAS!