La Pobreza en Cifras




El pasado mes de agosto se presentó el informe de la Misión para el Empalme de las Series de Empleo, Pobreza y Desigualdad el cual da cuenta de dos cuestiones. En primer lugar, el informe muestra las dramáticas dimensiones de la POBREZA y, en consecuencia, el fracaso de las supuestas iniciativas gubernamentales nacionales e internacionales para resolverla. Ejemplo de estas son las metas del milenio de los organismos multilaterales de “desarrollo” y de la cooperación internacional ONGera.

En Colombia se difunden cifras de pobreza utilizando varios indicadores. Estos son utilizados según la coyuntura y en general los gobiernos los acompañan de esta frase lapidaria: “hemos avanzado, pero falta mucho por hacer”. Adicionalmente se aplican encuestas de percepción sobre la problemática. Los cuatro indicadores más comunes son estos: SISBEN, Línea de Pobreza, Necesidades Básicas Insatisfechas y el coeficiente de Gini. Cada uno de estos indicadores responde a concepciones distintas sobre la pobreza y la manera de atenderla. De ahí que el socialismo debe medir distinto, pues pobre no es sólo una categoría socioeconómica. No es este el espacio para definirlos extensamente y aquí sólo voy a presentar las cifras producto de la medición con algunos de los instrumentos.

Recurriendo al SISBEN la cifra es de 30 millones de pobres en un país de 42.888.592 habitantes. Corresponde al sistema de identificación de los potenciales beneficiarios de subsidios y de programas sociales. Clasifica las familias de acuerdo con un estándar de vida medido de 1 a 100. Incluye estas variables: la ubicación de la vivienda, el equipamiento y servicios, ocupación, seguridad social. Caracteriza la situación en estratos de 1 a 6 y se supone que acceden especialmente el 1 y 2 que son la inmensa mayoría. Hay que tener en cuenta que una de las dificultades para acceder al SISBEN es no contar con documentos de identidad, como por ejemplo buena parte de las 4.600.000 personas desplazadas.

En el censo de 2005, aparece que el 27.7% de la población tiene Necesidades Básicas Insatisfechas –NBI (cerca de 12 millones de personas). La cifra nacional de 2005 disfraza realidades regionales, particularidades en las necesidades y oculta correlación de variables. Por ejemplo Chocó: 70.2%; Guajira: 65.1%; Vichada: 66.8%; Amazonas: 44.1%. Y con dos o más NBI, el DANE registra 10.6%. Otros valores son estos: 10.4% con vivienda inadecuada; 7.4% con vivienda y servicios inadecuados; 11.1% con hacinamiento crítico y 11.2% presenta alta dependencia económica. Con esta metodología, un hogar se considera pobre a través de una vivienda con materiales inadecuados, servicios públicos inadecuados, hacinamiento crítico, dependencia económica, niños entre 7 y 11 años que no asisten a algún establecimiento escolar. Un hogar se considera en Miseria por NBI, o en pobreza extrema, cuando tiene dos o más NBI.

El estudio de la Misión para el Empalme de las Series de Empleo, Pobreza y Desigualdad trata de presentar una nueva metodología. Sólo se realizó en 300 de los 1.098 municipios, incluidos los principales centros urbanos. Además se considera pobre al hogar integrado por cuatro personas que tienen ingresos mensuales inferiores a 1,1 millones de pesos. Y la indigencia es definida por la Misión como el hogar de cuatro personas cuyos ingresos no alcanzan los 450.000 pesos mensuales. Risible: en Colombia cerca del 75% de la fuerza laboral recibe el salario mínimo o menos.

El estudio de la Misión contabilizó ocho millones de colombianos en la indigencia y 20 millones de pobres. En las zonas rurales, según el informe, se presentan cifras que dan cuenta de una verdadera exclusión, pues de cada 100 hogares 65 son considerados pobres y 33 viven en la indigencia.

El mismo estudio presentó el coeficiente de Gini que mide la desigualdad: 0.59. El lector y la lectora deben tener en cuenta que este indicador tiene una escala de 0 a 1, y que mientras más de acerque a 1 más desigual es el país. Colombia tiene el índice más alto en América y ocupa los primeros lugares en el mundo. Esto sucede mientras el gobierno muestra con bombos y platillos el crecimiento económico que se concentra cada vez más en menos personas. De ahí, oligarquía.

El Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas en 2009 ubica a Colombia en el puesto 77 por debajo de Venezuela y superando a muy pocos en América del Sur. El IDH se basa en tres indicadores: longevidad, medida en función de la esperanza de vida al nacer, educación, salud y el cuidado del medio ambiente, logro educativo de los individuos, medido en función de una combinación de la tasa de alfabetización de adultos y de la tasa de escolaridad combinada de los tres niveles -primaria, secundaria y superior-, mide la acumulación social de capital humano; y el nivel de vida medido por el ingreso, PIB per cápita real, que mide el logro del crecimiento económico del país.

El Centro de Investigación y Desarrollo de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional sostiene que la pobreza llegó a 66%. Cerca de 29 millones.

Por otra parte están las encuestas de percepción. En septiembre se presentó la encuesta bimestral de Gallup Poll que, pasando de generoso ofreciéndole alguna credibilidad, demuestra una vez más que a Uribe le va bien, pero al Pueblo le va mal. Aquí se debe tener en cuenta que la encuesta se realiza por teléfono y eso excluye una porción importante de la población desconectada de la telefonía precisamente por falta de pago. Para el 43% por ejemplo, las cosas están empeorando. El 42% opina que el problema más importante en éste momento es la capacidad adquisitiva. El 57% considera que la economía está empeorando. El 76% respondió que el desempleo empeora. También empeora el costo de la vida según la respuesta del 66%. Y el 42% ve empeorar la lucha contra la pobreza. Resultados estos que no se difunden al igual que los de aceptabilidad del narcoparamilitar de la Casa de Santander.

A las cifras anteriores se suman otras variables del mismo estudio, como el 59% que desaprueba la gestión del presidente Uribe en el costo de la vida. El 66% lo desaprueba en materia de desempleo. El 53% lo desaprueba en la lucha contra la pobreza. La Encuesta Social de Fedesarrollo: “Resultados 2008 y medición futura de datos panel para Colombia” arrojó que el 12% de las personas consultadas perteneciente a los estratos cinco y seis, dicen ser pobres. En los estratos 3 y 4 se presenta un fenómeno similar, ya que el 34% de los consultados se considera de en esta misma situación. Mientras que en los estratos 1 y 2, el 58% siente que son pobres.

La “Encuesta de percepción del conflicto desde la cotidianidad”, realizada en 2005 como parte del convenio suscrito entre la Universidad de los Andes y el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz – INDEPAZ, concluyó que el principal problema del país es la pobreza.

Ya se anunció el informe de Naciones Unidas, particularmente de la FAO sobre alimentación, desnutrición y hambre, donde los avances muestran a Colombia como uno de los países que más presenta desnutrición. Y no puede ser de otra manera si le damos alguna credibilidad a los últimos informes sobre pobreza en éste país.

El empleo es una variable fundamental pues de ello depende la adquisición de buena parte de los bienes y servicios que demanda el bienestar. Según el DANE, en agosto de 2009, el desempleo alcanzó el 11.7%, es decir, cerca de 2.500.000 personas. En los centros urbanos sumó el 12.8% y en las 13 principales ciudades el 13.1%. Bien grave si tenemos en cuenta que el 74.36% de la población en Colombia habita el perímetro urbano de los municipios. De cada 100 habitantes, 29 viven en Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla y en estas ciudades el desempleo registró así: Medellín: 16%; Cali: 13.7%; Bogotá: 10.7%; Barranquilla: 10.7%.

A lo anterior se suma que el 42.3% trabajan por cuenta propia y el 34.3% son obreros y empleados particulares. El desempleo en los hombres y mujeres jefes de hogar es del 6.1%. Estas cifras de desempleo muestran con ruido ensordecedor el fracaso de las reformas laborales que restaron garantías a la clase trabajadora con el argumento de generar empleo.

En conclusión, desde el punto de vista de las cifras es evidente la tendencia de la pobreza a empeorar. No es causa sólo de la actual crisis económica. Tampoco de los últimos 20 años de neoliberalismo. Es toda una historia de empobrecimiento que cambiará con la segunda y definitiva independencia. Desde el punto de vista cualitativo se puede acudir a múltiples escenas de la cotidianidad del Pueblo para caracterizar la pobreza y las dificultades que pasamos los sectores populares para resolver. En último término las metodologías y los indicadores servirán para dimensionar el problema pero la dignidad no se mide. La dignidad se pelea.

Por Jimy Ríos/ABP Colombia

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