MAMBRÚ NO FUE A LA GUERRA (Parte de Paz, N ° 1)



MAMBRÚ NO FUE A LA GUERRA (Parte de Paz, N ° 1)

Mambrú puede estar caminado la palabra o habitando cualquier hogar colombiano, y al igual que los seres sensibles y solidarios, probablemente se cansó de estar sentado frente a las pantallas, se mamó de ser receptor pasivo de la contaminación mediática, y decidió lavarse la cara y mirar de pies a cabeza la dantesca realidad del país.

Mirar al país de frente no sólo significa reconocer las adversidades sociales, políticas y económicas que afectan a los comunes y silvestres, sino mayormente tiene que ver con la posibilidad de construir alternativas dialogantes entre la existencia de un conflicto y la necesidad de que éste sea solucionado en defensa de los intereses nacionales.

Mambrú se vincula al sentimiento nacional que pide a gritos la defensa de la vida y la búsqueda de la paz, y por eso extiende la invitación hecha por los universitarios a participar activamente en la jornada nacional de lanzamiento del “MANDATO ESTUDIANTIL POR EL ACUERDO HUMANITARIO Y LA PAZ”.

Entonces, nos veremos el viernes 28 de agosto en la Universidad de Caldas - Sede Central- para compartir un escenario social y académico que permita recuperar la palabra, la conversación y el debate como herramientas válidas para procesar la realidad y el conflicto hacia formas superiores de convivencia social.


¿Qué es el mandato estudiantil por el acuerdo humanitario y la paz?

Es una iniciativa ciudadana desde los elementos que nos dan la Constitución Nacional y los Protocolos Internacionales para convertirnos en actores principales, políticos, de las soluciones a los conflictos que existen en nuestro país.

Se establece como un Mandato porque el constituyente primario, que es el pueblo colombiano, le exige a las dos partes, en este caso al Estado y la Insurgencia, que se reconozcan y se sienten a avanzar en la posibilidad de dar una solución política al conflicto social y armado.

Reconocemos que el conflicto armado tiene raíces profundas en la inequidad social, política y económica, donde unos (Estado) y otros (insurgencia) defienden sus comunidades de interés, pero también entendemos que la guerra desangra al país, al movimiento social y mayormente a los civiles inermes e indefensos.

Creemos que los actores deben ponerse de Acuerdo y que mientras los tambores de la guerra sigan sonando en el pabellón auditivo de cada colombiano, se hace necesario acompañar una salida política y dar pasos a partir de acuerdos humanitarios que le mermen la intensidad al desarrollo de la guerra, porque en la medida en que el conflicto avanza también se va degradando.


¿Cuál es el soporte jurídico sobre el que se edifica el Mandato Estudiantil por el Acuerdo Humanitario y la Paz?

En el plano nacional el Mandato se soporta en los artículos 22 y 95 de la Constitución Política colombiana, que establecen la paz como un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento por el cual debe propenderse y la necesidad de responder con acciones humanitarias ante situaciones que pongan en peligro la vida o salud de las personas. En el plano internacional el mandato se cimienta en el artículo 3 común de los IV Convenios de Ginebra (1949) y en el Protocolo II de 1977 adicional a dichos convenios, en los que se explica la definición del conflicto armado interno y las razones que lo generan.


¿De qué manera se puede participar en el Mandato Estudiantil por el Acuerdo Humanitario y la Paz?

Cada comité de impulso es autónomo en la definición de su organización interna, ya sea por comisiones de trabajo, grupos de trabajo, ejes temáticos, tareas, o como sea más conveniente; en este sentido los estudiantes universitarios que trabajan en la organización estudiantil tienen un papel muy importante que jugar no solo en su sector sino en los demás donde no se tenga experiencia en este tipo de trabajos organizativos.

El conjunto de los comités de impulso por sector constituirán el comité de impulso local, ya sea este municipal o departamental, el cual deberá coordinar la dinámica del Mandato en su región de acuerdo a lo establecido nacionalmente.

La invitación puntual es que todos los colombianos y colombianas y todas las expresiones organizadas del país -organizaciones universitarias, sindicales, campesinas, comunitarias, barriales, etc- se articulen a la propuesta del mandato estudiantil por el acuerdo humanitario y la paz, quienes estén interesados busquen los contactos por medio de las universidades que son el primer espacio donde se establece el comité de impulso o en los lugares donde hayan escuchado que se está planteando el mandato y empiecen a participar con su firma, con la articulación al proceso local de impulso, con el trabajo pedagógico y con la movilización, para hacer presión por un acuerdo humanitario y una salida política al conflicto colombiano.


NO QUEREMOS UNA GUERRA QUE NOS MATE
NI UNA PAZ QUE NOS OPRIMA





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