IGNOMINIA: TIRO AL BLANCO Nº 25




Por: Adolfo León Ospina
Educador
Pensemos en la Nación, una Nación que sufre la estafa, el engaño, la corrupción y complicidad de sus autoridades, como en Medellín, con el delito.
Estoy indignado, y perdóneseme que hable en primera persona, pero no aguanto más el descaro y servilismo de los medios de comunicación que han hecho eco, siempre, del gobierno y hoy nos hacen ver al doctor Luis Carlos Galán como mártir salvador de la patria. Aclaro para no dar pie a las radicalidades que ha generado esta página, que no soy antigalanista, y mucho menos que de manera alguna justifico el homicidio, pero no es justo que los medios continúen con esa patraña para entretener a Colombia, mientras el país se desangra poco a poco. Así lo plantee el canal Caracol, RCN o el canal Uno, así lo diga la radio por todas las cadenas, Galán estaba más lejos que cerca de la presidencia, y no porque fuera un escollo para el sistema, sino porque no era el elegido de la clase dominante.
Hoy, después de ver u oír los especiales, que insistentemente se trasmitieron por radio y televisión durante todo el fin de semana, juzgamos a la fiscalía, despotricamos de los narcos, echamos a la basura la esperanza, pues nos la mataron, nos rasgamos las vestiduras por no haber presionado a las autoridades para que encontraran un culpable de este crimen. Que lo nombremos delito de lesa humanidad, dicen unos; que fue un genocidio, dicen otros; que es imposible que este delito precluya, gritan las voces que, llevadas hábilmente por los medios han asumido esta “verdad”. Tanto escándalo, inclusive del gobierno, me es sospechoso, ¿por qué no lo hacemos, o lo hacen, por los más de tres mil muertos que dejó, ese sí, el genocidio de la UP?
También eran candidatos presidenciales y más sospechoso aún, a uno de ellos lo mataron en el aeropuerto el Dorado de la capital colombiana. Y murieron campesinos en sus parcelas por ser simpatizantes de este partido político, que no guerrillero. Y murieron ciudadanos de a píe en las calles de las grandes y pequeñas ciudades y hoy no se sabe nada, no se dice nada, no se hace nada. Y que pasó con la muerte de Álvaro Gómez el representante del ultra-conservatísmo colombiano, el heredero de uno de los capítulos más aciagos de la historia de este país, el político que se creía era intocable y que sólo una fuerza era capaz de matar: el estado. Y qué pasó con el asesinato de Pizarro Leongomez que fue en un avión, en fin, de muertos está lleno nuestro país y no se sabe, se dice o se hace algo, me pregunto ¿será que el esclarecimiento del crimen del doctor Galán perjudica en algo al gobierno? Estoy casi seguro que no, sin embargo este pueblo esta sediento de héroes que la democracia con su herramienta preferida, y al mejor estilo de Hollywood, lo crea, para la muestra un Uribe.
Hoy, cuando la democracia ha empezado su circo, y han iniciado las campañas presidenciales, es hora de deslegitimar el sistema, de acabar con esta dictadura de algunas familias que han manejado a Colombia como la hacienda personal y a nosotros nos han cogido de peones, no más Santos, no más Gavirias, no más Uribes… no más. Abstengámonos de votar, que mañana la historia no nos reclame el haber seguido el juego a la democracia colombiana, pues de no tomar partido nuestros hijos, que no tengo, y seguramente nuestros nietos tendrán que sufrir al hijo de Cesar Gaviria que ya empezó su paseo por el congreso, o a los hijos de Galán que igual que el anterior cogieron la muerte de su padre como plataforma de lanzamiento y seguramente al dúo dinámico: Gerónimo y Tomás que ya tienen el poder económico gracias a la divina providencia y con sus apellidos pronto tendrán el poder político. No es una consigna de las FARC, es una posibilidad tan democrática como votar.
TOMADO DEL BLOG PUNTO DE VISTA.

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