UN NO ROTUNDO CONTRA EL FESTIVAL METALERO Auspiciado Por “Fuerzas Unidas Contra El Komunismo” - Fuck -



UN NO ROTUNDO CONTRA EL FESTIVAL METALERO

Auspiciado Por “Fuerzas Unidas Contra El Komunismo” - Fuck -


Nos encontramos con Alex Okendo, vocalista de “Masacre”, cuando afirma que el Metal es otra forma de denunciar la represión del sistema dominante. El Metal no es un estilo “mediatizado”, sino una expresión artística con compromiso social. Ratificamos ese poder porque hace parte de lucha social y musical por un futuro posible para las presentes y futuras generaciones.

Otra vez la rueda de la historia es llevada por los senderos del Metal. Han cambiado las batallas pero no la forma de hacer las conquistas: la música sigue siendo la mejor arma de combate político. Las manifestaciones urbanas son creativas y demoledoras, nacen del corazón y las entrañas, así se enraíza y crece el poder transformador del rock: en cada calle, en cada esquina, en cada parche se siente en carne viva el cambio cultural y social.

Los Metaleros consecuentes son combatientes por la rebeldía y amantes de la música, así construyeron las nuevas trincheras libertarias: las últimas líneas de defensa de una forma sensible y contestataria de las culturas urbanas. Paradójicamente, en los ambientes urbanos-musicales también esta haciendo escuela la tendencia fascista, máxime cuando es auspiciada por el pensamiento único.

Empecemos denunciando que desde hace un tiempo en las ciudades de Bogotá e Ibagué se presentan sobrevuelos de águilas neonazis, unas calvas, otras peludas, que finalmente son una bandada fascista que cuando aterriza en suelo firme deja huellas de sangre y dolor; gracias aque deambulan por las calles, bares y parques disfrazados de Metaleros o Nueva Fuerza del Metal.

Ahora se hacen etiquetear como “Fuerzas Unidas Contra el Komunismo” (FUCK), pero en realidad son cascarones urbanos con un alto espíritu nacional socialista, al servicio de los mafiosos y los cafres, que han logrado engañar y convocar a músicos progresistas y honestos, en razón a la movilidad que les da la escena rockera local y nacional.

Las industrias mediáticas los reconocen como culturas neourbanas, pero en su accionar nocturno son verdaderos neofascistas auspiciados por bandas de sicarios y paramilitares, practicantes rurales y urbanos de la xenofobia y el racismo contra todo aquel que le sea diferente.

Desde esta trinchera convocamos a los espíritus rebeldes y solidarios para que levantemos una sola voz de rechazo contra cualquier expresión fascista, por muy “juvenil” y “musical” que simule ser.

Solo así podemos ratificar que los territorios del Rock no son regalos del “Hitler”, sino que son producto de las luchas y resistencias de rockeros sensibles, creativos y humanistas.


POR ARGEMIRO ROJAS

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