“¿ ERES C+L+A+V+O o ERES R+E+Y ?”



“- ¿Lloverá?
Preguntó la dulce criatura
… desde la penumbra
El cuervo resucitó por ella”

http://www.youtube.com/watch?v=Rb4BTT92tOk

Fumaba el endemoniado “peche” mientras los dedos permanecían inmóviles, no sabía ni donde estaba la nariz, tampoco sentía el aleteo contemplador de las aves. Las telarañas pegadas en los ojos, la lluvia desgarrada en la cara, las pisadas terminadas en abismos. No existía destino en la noche larga. En lo más profano de la montaña, colgado de las alas debajo de un árbol seco y sin espinas, no encontraba simpatía ni con el espanto. La encrucijada ciega y la palabra silenciada, un eco de incertidumbre donde todo conduce a nada. Solo necesitaba la hora o la horca, pero antes levantaría vuelo en la casa del cuervo, escucharía los chillidos mesiánicos en la grabadora, empalaría los colmillos en la naranja mecánica, sangraría las encías para dar fe de mi existencia. No hay tal retorno al cascarón: las nubes posadas sobre el rancho, las gotas martillando en las tejas metálicas y el trueno ensordecedor no deja abandonar el letargo. Sin sentido, perdido en el laberinto mental, debo tensionarme hasta resucitar en otro conflicto. Sospecho que el presente es el único tiempo posible para cambiar el futuro. Sin cambio la realidad es otra, adversaria, un reflejo distorsionado, un espejo roto donde se debe caminar con los pies en llamas. Esperar, esperanza, la raíz cristiana del deseo y las putas ganas por quitar las agujas de las venas y botar a la mierda el espantapájaros que llena de humo la cabeza. ¿Liberarme o dejarme embrujar? Otra vez, el síndrome de “Estocolmo” vuelve en mí, la carcelera, llega rápido con su escoba portátil, desea arrojarme al purgatorio, dejarme en la parrilla del cinismo. No hay prisa, golpe a golpe de cabeza, salen mis largos brazos del capullo. Sentía el olor a tierra mojada mientras unas manos desataban el nudo que enreda mi cuello al mundo. Sin ataduras desearía caerme de punta encima de los espectadores, pero aún no presiento el sonido del martillo.

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