Conversatorios UT: Mambrú NO fue a la guerra


“Carta a los hijos o a las madres”


“… Pa´ lante!
alta la frente!
de frente!
vamos a demostrar
que lo nuestro
no fue un golpe de suerte
somos hacha y machete
y esa es la verdad”
Héctor Lavoe

LA INSINUACIÓN

Yo vivo en una finquita ubicada en una vereda olvidada del sur del Tolima. No alcancé a obtener mi cartón de secundaria y sin embargo me gusta leer todos los días cuando se cae el sol. Soy una más de las tantas mujeres campesinas que con sudor y lágrimas logró sobrepasar los embates de la vida y del futuro incierto. Todas somos madres y estoy segura que ellas también saben que es más fácil cultivar los campos que levantar la familia. Soy madre soltera y eso no fue impedimento para cultivar la tierra y levantar a mi familia de la infértil miseria. Mis dos hijos son la luz de mi corazón: José, la verdad sea dicha, es insoportable, juega con todo lo que se le atraviesa, pero debo tener mucha paciencia porque sólo tiene 3 años y ya está aprendiendo a caminar; Abel ya casi cruza la línea de los 24 y siempre ha sido muy creativo y camellador y por su tesón nos recuperarnos de la crisis económica… ahorramos unos pesitos para que él pudiera profundizar los oficios del campo en una Universidad Pública.

Han pasado muchos meses desde que Abel se fue, pero la semana anterior me envió una carta contándome que le había ido muy bien en el semestre y que seguramente sería becado para el otro año, y que si Dios lo ayudaba en menos de tres años estaría cultivando en la finquita. Yo no sé qué pensar ahora que mi hijo es un doctorcito… ¡ah? pero la verdad estoy esperando que me ayude en la finquita y luego consiga un buen trabajito. Sé que la vida es una carga pesada y el camino es más tedioso cuando se vive en la selva de cemento, pero estoy segura que la adversidad no lo va a derrotar: Abel lleva puesta la estrella de la esperanza en la frente.

Se me cruzan muchos pensamientos cuando veo las cosas tan bonitas que me escribe. Yo recuerdo que cuando era pequeño siempre andaba enproblemado con esos muchachos de verde militar y sin barba, pues lo querían enrutar por el lado de las balas… pero él siempre fue un parado como su madre y nunca dejó que el ruido de los fierros suprimiera el canto libertario de las palabras. Y es que por “estos lados” el silencio es cómplice de la injusticia y la indignidad, todo y todos están en riesgo constante, lo joden a uno por cultivar y además quieren diezmos de lo poquito que da la tierrita. Pero Abelito me enseñó que levantar la cabeza sirve para hacer respetar lo que nos pertenece, tal vez por eso nos ganamos el respecto de los vecinos y la indignación de los forasteros que sólo buscan desterrar nuestros humildes sueños.


LA APERTURA

Las montañas, los ríos, los kilómetros y las cartas me hacen recordar lo lejos que se encuentra mi hijo. Todo se transforma en nostalgia, entonces recuerdo cuando él viene de vacaciones a la finquita y nunca deja de expresar ternura y afectos por éstas tierritas, por su hermanito y por los animalitos que tenemos, y lo mejor de todo es la expectativa que Abel tiene de conseguir un buen trabajo e invertir en la finquita para que yo viva bien.

También recuerdo esas peleas tontas que siempre yo le armaba por la música de locos que escuchaba. Un ruido bastante extraño y molesto para mi pabellón auditivo, pero que según él era el sonido que producen las espadas de los caballeros antes de la batalla final… ¿Cómo cuestionar a está generación si los muchachos de nuestra época siempre buscaban una flor para mascar? Si Abelito adquirió ese vicio por los caballos que teníamos en la finca, pues qué se le va a ser, pero lo imperdonable es que siempre termine aullando como un gato perdido en la oscuridad. ¡Ah!


EL MEDIO JUEGO

La alegría será inmensa cuando Abel entre por la puerta y me de un abrazo. Espero poder prepararle los frijolitos que a él tanto le gustan, y siendo sincera, quiero que no haga más que dormir porque mi muchachito se ve muy agotado de tanto estudiar… (Lágrimas)

¡Ah? Para qué me hago falsas ilusiones, si el reencuentro parece imposible desde que escuché al locutor de la “Voz del Sur” diciendo que en horas tempranas del día 8 de diciembre habían sido capturados nueve (9) estudiantes de la Universidad del Tolima -entre ellos mi Abelito- todos “prejuzgados” como subversivos o delincuentes políticos…

-¿Nuestros hijos delincuentes? …
¡Delincuentes… los traficantes de mentiras!
¡Delincuente el ex-director del DAS Tolima!
¡Delincuente el ex-comandante de la policía del Tolima!
¡Delincuentes Santofimio y toda su cofradía!


EL FINAL

Mi Hijo tal vez se encuentra perdido en un laberinto mental, solitario y meditabundo, atado y prisionero a costa de sus propios sueños; ocultándose del dedo señalador o protegiéndose de las tendencias morbosas y sádicas de los demás reos (…) La justicia es incestuosa cuando trabaja para los de corbata e incesante para descargar toda la incertidumbre sobre los de ruana, sobre los anónimos e indefensos… Pero no hay dolor ni hay pena, Mambrú ¡NO! fue a la guerra y junto a las mayorías invisibles, resiste de píe como los árboles y extiende sus raíces hasta lo más profundo y sensible de la América India.

La memoria colectiva también cuenta que situaciones parecidas sufrieron más de 100 labriegos del Tolima, cuando fueron detenidos selectivamente y señalados como secundadores de la guerrilla… finalmente, muchos meses tinto, después, todos regresaron a sus hogares porque las pruebas eran un absurdo montaje. Y entonces, no importa la ubicación ni el lugar, los pensamientos se orillan en la sentencia de Simoncito: “nuestra gloria crecerá como crece la sombra cuando el sol declina”; y si bien la sombra de la injusticia nos llenó de tristeza y soledad, aún se presiente esperanza cuando el sol se despierta entre las verdes montañas, porque el despertar también es preámbulo del cantar loco de los gallos.

No hay lugar a dudas que las detenciones son arbitrarias (“¿preventivas?”) y que representan un eslabón más de la cadena de injusticias que se tejen contra las voces disonantes. En está ocasión el montaje se re-orientó contra los centros de educación superior, precisamente, en cumplimiento de la misión mesiánica del pensamiento único: eliminar todo espacio o lugar donde se analice críticamente la realidad.

La tramoya tiene una siniestra similitud con los “juegos” macabros utilizados por los soldados “sin cabeza” para incriminar a defensores de derechos humanos, sindicalistas y dirigentes sociales. La capacidad de “invención” (mentiras) y el tráfico de la verdad están a la orden del día para armar procesos judiciales respaldados por el sapeo insensato de la “Red de Informantes Uribistas”, los mismos “delatores” que tejen historias fantasiosas para luego vender al prójimo por unas cuantas monedas.

A nuestros hijos les sucedió lo mismo: fueron victimas de la sevicia gobiernista, de la simulación pacifista, que bajo la cortina de humo de la “seguridad demoníaca”, extiende su mano enferma hacia la juventud soñadora y rebelde. A ellos, los sepultureros del presente, no les importa el sufrimiento de las familias y de los amig@s, porque la intención es hacer sucumbir la dignidad de todo aquel que haga oposición política al régimen. Para los otros, nosotros, los muchachos estudiantes son “culpables” de andar a pie, de comer mal y farrear bien, de escuchar ruidos extraños, de leer textos y contextos, de utilizar palabras para mediar los conflictos.

Así fue: los organismos de inteligencia del establecimiento pretendiendo mostrar “resultados administrativos” (léase encubrir la inoperancia que campea en sus filas), arman “evidencias fantásticas” que tendenciosamente involucran a ciudadanos comunes y silvestres, quienes después de ser privados de la libertad son presentados como personajes de la “alta gerencia subversiva” o “auxiliadores desarmados” (acertijo multicolor) del movimiento insurgente, todo el “montaje” acompañado de unas “declaraciones” previas ante los “tiburones de la información”, que incluyen palabrería barata como: “logramos desarticular una red terrorista de alcances barriales, comunales, regionales y universales” o “los sujetos son delincuentes importantes en la estructura de la guerrilla”, o cuando la mentira raya con la estupidez también se suelen inventar los alias de supuestos subversivos: “cabe resaltar que entre los detenidos más “importantes” se encuentra alias “Condorito”, un jóven parlanchín, de nariz aguileña, con unas cuantas plumas en la cola y que además usa sandalias de hippie universitario de los sesenta… se desempeña como comediante dentro de la organización”.


LA MORALEJA

El máximo delirio fue cuando el “delator” simuló un encuentro interestelar entre comandantes del inframundo. En ese entonces sostuvo que había presenciado una reunión entre líderes estudiantiles y figurillas importadas desde la profundidad de la selva, donde los participantes (enmascarados) vestían camuflados de uso privado de la guerrilla (¡por supuesto!) para la ceremonia militar de los cambios de mandos (mundos) que se realizaría en la isla universitaria. La indumentaria del advenimiento, según el ufólogo asesor, hacia parte del ritual subversivo para la recepción del caballero del Apocalipsis, quien llegaría enfermo y cansado al lugar indicado (sin ubicación), pero siempre dispuesto a destilar un olor tan repugnante que la mitad de la población se asfixiaría y los sobrevivientes serian reincorporados a la Red de Sapos Uribistas.



Psd. # 1. No logró imaginar que tipo de hongo alucinógeno ingirió el delator, pero sin duda el efecto fue profundo y duradero pues alcanzó a impactar las puertas de su percepción. No estoy segura si en ese viaje fantástico logró capturar en flagrancia a la “Niña del Aro”, mientras ella salía gateando desde un televisor, tampoco sé si ella se encuentra judicializada o en las mazmorras del país.

Psd. # 2. Éste Judas moderno logró una relación contractual bastante lucrativa, entregando carne joven y fresca para las hienas uniformadas… por fuera y por dentro… ¡URGENTE! Las madres del Tolima buscan a ciudadanos con demostradas habilidades manuales, sensibles y deseosos de tejer la historia humana, para aunuar esfuerzos y tejer colectivamente la soga que se atará al cuello del delator.

Psd. # 3. El puño cerrado y el brazo en alto frente a cualquier agresión contra la libertad del pensamiento y el caminar y en solidaridad con los injusticiados de la nación; padres, madres, hijos, hermanos y amigos. La hermandad es compromiso de todos, pero como todas somos madres, además de paciencia y resistencia ofrecemos nuestras lágrimas por la pronta liberación de los muchachos

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3 Comentarios

Salmon dijo…
Al parecer las madres extrañan a los hijos, no seien verdad los hombres aún siente algún remordimiento por la insolidaridad frente a los hermanos...
Arlovich dijo…
Buena salmon. Y bienvenido a nadar contra las corrientes digitales. Pasa por mi blog y conoce a tus paisanos. Nos vemos.
Anónimo dijo…
ja ja ja ja ja ja ja