Libertad de Prensa, Palestina y la guerra de Ucrania

 

| Por Gearóid Ó Loingsigh |

 

El reciente asesinato de la periodista palestina, Shireen Abu Akleh, de Al Jazeera puso en evidencia la falta de libertad en general en Palestina, y la falta de libertad de prensa y de opinión en particular.  Su asesinato no era nada sorprendente, aunque ocurrió delante de las cameras y en un momento cuando los liberales van lanza en ristre contra la falta de libertades en Rusia y dicen poco o nada sobre otros países y en algunos casos aparecen en plataformas con representantes de gobiernos cuyo récord es igual de cuestionable como el de Rusia.

 

Primero se debe aclarar que la libertad de prensa y la libertad de opinión no son la misma cosa, aunque están relacionadas. En las sociedades modernas la libertad de prensa es la libertad del dueño del medio. La discusión sobre la libertad de prensa se suele reducir a un debate sobre el derecho de los medios como tal de existir, así cuando un gobierno toma medidas contra un diario o canal de televisión particular se suele denunciar una falta de libertad de prensa y el derecho de la libertad de empresa mediática es visto como la mayor evidencia de una libertad de prensa y el derecho de opinar. Visto desde esa lógica Israel es un estado ejemplar, pues la libertad de empresa existe en el país. No por eso podemos decir que realmente existe tal libertad.

 

Algunos comentaristas siguen anunciando que el internet nos ha proporcionado la máxima expresión de libertad de prensa. Es una tecnología democratizadora, al alcance de la mayoría, sino de todos.  Se olviden que cada avance en la tecnología de la impresión y distribución de textos ha sido democratizadora desde la imprenta de Caxton en 1496 hasta la revolución después de la segunda guerra mundial con la impresión masiva de libros de tapa blanda para las masas hasta llegar al internet. Como ocurrió en el caso de desarrollos tecnológicos anteriores los gobiernos intentan controlar el acceso a esos medios, bien por procesos administrativos de licencias etc. o por el control de la distribución o contenido. El algoritmo es la nueva versión del funcionario que prohíbe o impide la distribución de un periódico o su venta.  La supuesta libertad de prensa y acceso democrático que pregonaban algunos académicos es una quimera.

 

Empero, no obstante los avances tecnológicos el capitalismo restringe ese derecho de formas muy clásicas. Si no tienen acceso a la información no importa si tienen derecho a publicar. El asesinato de Shireen es un ejemplo claro.  Israel restringe el acceso a la información, a los lugares de los hechos y asesina periodistas para amedrentar a otros. Claro, Israel no es el único país donde asesinan a periodistas.  La Federación Internacional de Periodistas (FIP) en un Libro Blanco publicado en 2020, calculó que entre 1990 y 2020, 2.658 periodistas fueron asesinados.[1]  En el documento aclaran que 75% de los periodistas que fueron asesinados no murieron pisando una mina o en medio de fuego cruzado sino fueron asesinados por lo que reportan.[2]  Shireen tampoco murió en medio de fuego cruzado sino fue asesinada por la bala de un francotirador israelí quien no se diferencia del sicario de poca monta huyendo en una moto luego de matar a su víctima. La ONU por su parte no reconoce ningún asesinato de periodistas en Israel.  Sin embargo, reconoce entre 2002 y 2022 el asesinato de 22 periodistas, incluyendo a Shireen, en Palestina, es decir en las zonas bajo el control de la Autoridad Palestina (AP).[3] Ninguno de los casos está resuelto y la mayoría fueron reportados a la ONU por la AP. Esta lista incluye a algunos extranjeros, pero no es completa.  La AP en sus repuestas a la ONU incluye una lista mucho más completa. Ellos nombran 35 casos entre 2006 y 2019, de los cuales 32 fueron a manos del ejército israelí, dos de autores desconocidos y un caso a manos de un grupo yihadista.[4] Entre los muertos hay tres periodistas extranjeros, un turco y dos italianos, uno de ellos asesinado por los israelís y el otro por un grupo yihadista.[5]

 

El número de asesinatos es grave, pero cuando se incluye a los heridos, se ve cuán sanguinario es el estado sionista. El Anexo III adjuntado por la AP en sus respuestas a la ONU enumera 86 casos de periodistas heridos en Gaza mientras reportaban sobre la Marcha del Gran Retorno.  Todos los casos son del año 2019 apenas.[6]  La información suministrada en el informe proviene del Sindicato de Periodistas Palestinas.

 

Así no es sorprendente que Israel ocupa el puesto 86 en la clasificación mundial de Reporteros Sin Fronteras (RSF) sobre la libertad de prensa. Su puntaje es de 59,62, siendo 100 la máxima libertad y 0 la máxima falta de libertad.[7] 

 

Ahora, como consecuencia de la guerra en Ucrania la libertad de prensa está de moda. El mundo entero ya sabe que hay poca libertad de prensa y de opinión en Rusia, país que ocupa el puesto 155 en la tabla de RSF con un puntaje de 38,82, comparado con el puesto 150 en 2021, antes de la guerra, con un puntaje de 51,29 pero ignora que Ucrania ocupa el puesto 104 en 2022 y ocupaba el puesto 97 en 2021.  Su puntaje en 2021 era 67.04. Así de ningún modo estamos hablando de una situación provocada por la guerra. De hecho, una revisión somera de las páginas de grupos como Human Rights Watch, Amnistia Internacional, FIP o RSF revelan casos que preocupaban a esos grupos.  Pero ahora Zelensky es considerado, en contra de toda evidencia, un parangón de virtud en cuanto a la libertad de prensa y opinión.

 

En 2020, RSF dijo lo siguiente sobre el país.

 

Ucrania (96º) ascendió seis posiciones, el mayor progreso de un país de la zona, pero esto se explica más por los movimientos en la Clasificación que por un avance real. Las esperanzas suscitadas en el país por la elección de Volodymyr Zelensky como presidente tardan en hacerse realidad: el espacio mediático sigue estando muy polarizado –igual que la sociedad–; la impunidad ha favorecido el aumento de los actos de violencia física contra periodistas; grupos nacionalistas agreden a medios de comunicación independientes, como Bellingcat, cuyos reporteros padecen amenazas de muerte.[8]

 

De hecho, el régimen de Zelensky ha sido criticado por el asesinato de periodistas.  Según las cifras de la ONU, entre febrero 2014 y junio 2019 once periodistas fueron asesinados en Ucrania, cuatro ucranios, un italiano y seis rusos. El primero en morir fue Vyacheslav Veremyi, un periodista de un diario ucranio en lengua rusa.  Él fue asesinado el 19 de febrero 2014 volviendo de un reportaje sobre las protestas Maidan que dieron lugar al golpe de estado. El crimen quedó en la impunidad durante unos años pero finalmente en 2018 uno de los asesinos fue condenado a apenas cinco años, según los reportes del gobierno de Ucrania a la ONU.[9]  Es el único asesinato de un periodista que resultó en una condena.  Pero no fue el único periodista y tampoco el único ucranio que trabajaba para medios en lengua rusa. El 28 de febrero 2015 el periodista Sergii Nikolaiev fue asesinado cerca del aeropuerto de Donetsk. Él trabajaba para el diario ucranio, Segodnya, publicación de lengua rusa.[10]  Dos meses más tarde en la ciudad de Kiev, el periodista Oles Buzina, también de Segodnya fue asesinado saliendo de su casa.[11]  Y en 2019, el periodista ucranio Vadym Komarow quien investigaba casos de corrupción fue asesinado.[12]

 

Las organizaciones de prensa y hasta los sindicatos de periodistas han organizado campañas de solidaridad con sus colegas de Ucrania, incluyendo el envío de dinero, algo que nunca hicieron cuando el peligro principal para ellos era Zelensky y no Putin. En Dublín el sindicato de periodistas NUJ, que agrupa a periodistas de Gran Bretaña e Irlanda, participó en una protesta ante de la Embajada de Rusia.  Allí su subsecretario, Seamus Dooley moderó el evento y el sindicato en su página reportó sin sonrojar la participación de los embajadores de Georgia, Lituania y Polonia en el evento.[13]  De esos tres países, en 2022, sólo Lituania tiene un buen récord en materia de prensa ocupando el puesto 9 en la clasificación de RSF.  Georgia ocupa el puesto 89, comparado con el puesto 60 en 2021, indicando el empeoramiento de la situación de la libertad de prensa en dicho país. Su puntaje cayó de 71,36 a 59,30. En 2021 50 periodistas fueron heridos en un ataque a una protesta para el día de orgullo gay. El 5 de julio el periodista Alexander Lashkarava murió como causa de sus heridas.[14]

 

En el caso de Polonia, RSF reportó lo siguiente sobre el país para el año 2020.

 

En Polonia (62º, -3), que ha perdido tres posiciones en la Clasificación, el control que ejerce el Ejecutivo sobre el sistema judicial comienza a producir efectos nefastos en la libertad de prensa.  Algunos tribunales usan el artículo 212 del Código Penal, que contempla penas de hasta un año de prisión, para juzgar a los periodistas acusados de difamación. Además, los jueces suelen sancionar a los reporteros con multas, contribuyendo a un fenómeno ya instalado en el país: el clima de autocensura, latente desde hace tiempo.[15]

 

Y mientras los periodistas celebraban su protesta ante la Embajada de Rusia en compañía del Embajador de Polonia, el periodista vasco Pablo González languidecía en una cárcel de Polonia acusado de espionaje.[16]  Polonia ocupa el puesto 66 con un puntaje de 65,64 y RSF reportó este año que “algunos gobiernos de la Unión Europea y de países aledaños han endurecido las medidas liberticidas contra los periodistas, especialmente en Eslovenia (54º), en Polonia (66º), en Hungría (85º), en Albania (103º) y en Grecia (108º)”.[17] Pero los sindicalistas del NUJ estaban orgullosos de participar en un evento con el representante de este gobierno.

 

En todo el debate sobre la libertad de prensa, nadie menciona a Julian Assange cuyo único crimen era de exponer los crímenes de los poderosos entre ellos los asesinatos de periodistas de Reuters en Iraq por las fuerzas de ocupación de los EE.UU. Si Assange tuviese a su mano información sobre el asesinato de Shireen, también lo llamarían criminal por ponerlo en el dominio público.

 

El asesinato de Shireen es un crimen no sólo contra la libertad de prensa y de opinión sino contra el pueblo palestino, contra cualquier opositor de los regímenes bien sean del occidente o no. Cuando Europa y los EE.UU. se quejan de restricciones sobre la libertad de prensa y expresión en algunos países sólo les preocupa cuando les conviene.  De la misma manera a Putin no le preocupa la libertad de prensa y dio asilo a Snowden porque le convenía.  Así, el portavoz de la Casa Blanca pudo declarar descaradamente que les rompía el corazón el asesinato de Shireen. Ella era ciudadana de los EE.UU. Si la hubiesen asesinado cualquier otro ejército, sus militares estarían contemplando represalias, Biden anunciaría sanciones, habrían expulsado el embajador etc.  Pero como lo hizo Israel, y la libertad de expresión sobre el apartheid sionista no les interesa, el gobierno de los EE.UU. no actuó.  No les conviene eso, pero sí les conviene que el asesinato de Shireen envíe un mensaje claro que Israel puede hacer lo que quiera frente al periodismo.  El acceso a la información sobre Palestina se restringe mediante campañas en la prensa alegando un falso anti-semitismo, campañas en las universidades expulsando a profesores que defienden los derechos de los palestinos, como es el caso de David Miller[18] en la universidad de Bristol, se hace con el control de los algoritmos de Facebook y Google y también con el asesinato de quienes se atreven a romper el silencio que intentan imponernos.

 

No hay que esperar que los gobiernos o la ONU haga mucho sobre el caso, los demás casos de Palestina quedaron en la impunidad y este caso no será muy distinto.  Tampoco podemos esperar mucho de los periodistas entregados de los grandes medios occidentales quienes en la práctica son otro arma de la propaganda de la OTAN y no defienden los intereses de los trabajadoras de Rusia o Ucrania y mucho menos de Palestina.

 

Fotografía: Nueva Tribuna

 



[1] IFJ (2020) White Paper on Global Journalism p.3 https://www.ifj.org/fileadmin/user_upload/IFJ_white_book__part_1.pdf

[2] Ibíd., p.5

[5] Ibíd.,

[6] Ibíd., Anexo III

[16] El País (23/03/2022) Polonia decreta prisión provisional hasta el 29 de mayo para el periodista español acusado de espionaje https://elpais.com/espana/2022-03-23/polonia-decreta-prision-provisional-hasta-el-29-de-mayo-para-el-periodista-espanol-acusado-de-espionaje.html

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