Santos lavando su imagen y sus manos

| Por Gearóid Ó Loingsigh |

Santos apareció ante la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad (CEV) para confesarse y aceptar su papel en los 6.402 falsos positivos reconocidos por la Jurisdicción Especial de Paz. Bueno, esa es la versión de Narnia, en realidad no reconoció nada, mintió abiertamente, se burló de las víctimas e intentó echar toda la culpa a su coautor en esos asesinatos: Uribe Vélez.

Si hay un testimonio que demuestra que la CEV no sirve para esclarecer los casos de terrorismo de Estado es el que rindió Santos. Primero de todo, Santos llegó a usar la frase "pecado" para describir lo que pasó. No señor, no fue un pecado, ni un error, ni tampoco un desliz, fue un crimen de lesa humanidad, por la cual Ud. y Uribe deben ser procesados. Santos pasa a lamentar los hechos en un tono de un pecador en el confesionario ante el presidente de la CEV, Francisco de Roux, quien también funge como cura y lleva décadas perdonando y exigiendo que perdonemos a las élites del país. Santos afirmó:

Eso nunca ha debido pasar. Lo reconozco y les pido perdón a todas las madres y a todas sus familias, víctimas de este horror. Desde lo más profundo de mi alma, que esto nunca vuelva a pasar."^{^[1]}

Me queda el remordimiento de que durante mi Ministerio muchas, muchísimas madres perdieron a sus hijos por esta práctica tan despiadada. Unos jóvenes inocentes que hoy deberían estar vivos.^{^[2]}

Santos tiene un remordimiento, pero las familias tienen un profundo dolor y vacío en sus vidas, que no se arregla con un "reconocimiento" que reconoce su verdadero papel en los asesinatos. Varios políticos de la derecha salieron a criticarlo. Hipócritas todos quienes también tienen una responsabilidad en el asunto y algunos quienes hicieron cosas parecidas. Uno de los primeros fue Armando Benedetti quien fue un fiel servidor de Uribe y de Santos durante la peor etapa de los falsos positivos. Hoy está intentando reinventarse como defensor de derechos humanos, de misma manera que lo hizo Samper, luego de sus fechorías. Sólo le falta que el Partido Comunista lo invite a presidir una mesa en su próximo congreso. Sin embargo, no se equivoca en lo que dice.

¿Por qué @JuanManSantos no renunció al Ministerio de Defensa del gobierno de Uribe cuando se dio cuenta de que tenían percepciones diferentes sobre la guerra? Se quedó y se hizo elegir por Uribe, cosa que a todos se les olvida.^{^[3]}

Es una buena pregunta, si se diera cuenta de todo eso, ¿por qué se quedó? Quizás por los mismos razones que Benedetti no rompió con el uribismo en ese entonces. Benedetti, militó en el Partido de la U, uno de los principales baluartes del uribismo, desde 2005 hasta 2020, cuando decidió reinventarse y pasar a las filas de Petro. En 2009 cuando ya era de conocimiento público lo de los falsos positivos, reafirmó su apoyo a Uribe. "Insiste en que él hace "respetar al presidente Uribe en cualquier escenario", pero reclama que "eso no es extensible a nadie del gabinete".^{^[4]} Lógico, él apoyó la reelección de Uribe. Así, puede ser que a diferencia de Santos no tenga una responsabilidad penal por los falsos positivos y demás atrocidades cometidas, pero sí tiene una responsabilidad política y moral. Así, cuando afirma que "Ojalá Juan Manuel Santos vaya ante la Comisión de Acusaciones y ante la JEP para aclarar judicialmente los falsos positivos y no solo se quede en una expresión de "remordimiento" en un tweet"^{^[5]}, debemos dudar de su sinceridad. Es parte de una estrategia barata de tomar distancia del baño de sangre que él apoyó en su momento.

Santos por su parte dice que se dio cuenta de lo de los falsos positivos gracias a la investigación de su viceministro Sergio Jaramillo y de paso toma distancia de su otro viceministro "Juan Carlos Pinzón, que jalonaba hacia el lado contrario, es decir, a mantener la negación".^{^[6]} Claro Pinzón en este momento se encuentra salpicado por nexos familiares con grandes narcotraficantes y nadie quiere hablar bien de él, salvo Duque y Marta Lucía Ramírez, quien también tiene nexos familiares con narcotraficantes. Pero si eso fuera cierto, debe explicar por qué nombró al negacionista Pinzón como su ministro de Defensa, cargo que desempeñó de 2011 a 2015 cuando Santos lo nombró como embajador en los EE.UU. Es inverosímil.

Luego quiere pintarse como un valiente Don Quijote luchando contra los falsos positivos.

A lo largo y ancho del país en cada división, en cada brigada, en cada batallón, repetí una y otra vez ese mismo mensaje: Hay que combatir con un fusil en la mano y la Constitución en la otra. Nunca podemos olvidar que el respeto por la ley y los derechos humanos es lo que nos diferencia y nos da superioridad moral sobre el enemigo al que tenemos que vencer y vamos a vencer.^{^[7]}

Y a renglón seguido nos explica que no le hicieron caso.

Las pruebas de negligencia por parte de los comandantes de esas unidades ante la evidencia de procedimientos que rompían con la doctrina y la instrucción en todos los aspectos –en operaciones, en inteligencia, en logística– era tan fuerte, y el cúmulo de resultados operacionales irregulares tan aterrador, que decidimos que había que separar a 20 oficiales y 7 suboficiales de las filas, incluyendo a tres generales y cuatro coroneles, por fallas ocurridas bajo su mando. (Trece oficiales más salieron en noviembre y otros once en enero de 2009)".^{^[8]}

Tampoco es cierto, Santos y Uribe sacaron a varios oficiales sólo por la presión de las familias, de las organizaciones de derechos humanos y también, porque varios de ellos ya tenían procesos judiciales abiertos en su contra. No lo hizo de buena gana, sino a regañadientes. Prueba de ellos es la actitud que tomó ante las declaraciones de Uribe en marzo 2009, que sólo había 22 casos de falsos positivos.^{^[9]} No se discrepó con Uribe sobre la cifra de 22 casos, ni sobre el calificativo de "sólo" como si el asesinato de 22 jóvenes o el número que fuere, fuera un asunto menor. Todavía era Ministro de Defensa en esa fecha.

"Según su testimonio, fue a principios de 2007 cuando "se quitó el velo" en esta materia, después de recibir alertas confidenciales de organismos internacionales y tras una investigación de su entonces viceministro Sergio Jaramillo."^{^[10]} Tampoco es muy creíble, pues existe un Informe de Riesgo de 2007 de la Defensoría del Pueblo sobre el reclutamiento de jóvenes para trabajos fuera de Bogotá, aunque inicialmente hablaba de paramilitares y no del Ejército.^{^[11]} Dicho informe nunca se convirtió en Alerta Temprana y ya sabemos todos lo que pasó con los jóvenes de Soacha.

Santos quiere presentarse como una víctima más y no como el responsable de lo que pasó. No debemos creerle nada. Otro hipócrita que dijo varias verdades sobre el testimonio de Santos, es Rafael Pardo. Igual que Benedetti, es otro que quiere lavarse las manos. Pardo como Ministro de Defensa en el gobierno de Cesar Gaviria (1990-94) firmó el decreto que nos dio la fachada legal del paramilitarismo conocida como Las Convivir. Pero lo que dice es cierto y se debe aplicar a Santos y a él mismo.

Que responda el sr. Santos, él no era ministro de salud, él no era ministro de medio ambiente, él era ministro de Defensa y él todos los días salía a vanagloriarse de lo todo lo que hacían los organismos de seguridad del Estado... como tal llevó muchas medallas y méritos y sacó pecho en Colombia y en el exterior.^{^[12]}

Bien cierto, ambos exministros de Defensa deben responder penalmente por sus acciones. Poco después del testimonio de Santos, murió un hombre quien siempre lo señalaba como autor intelectual de lo ocurrido. Murió Don Raúl Carvajal, cuyo hijo era un soldado profesional quien se negó a participar en un falso positivo y por esa misma razón el mismo Ejército lo asesinó. No logró ver a Santos ante los tribunales, ni Uribe. Ojalá algún día se haga justicia y Uribe y Santos vayan presos. Ojalá que todos aquellos políticos de izquierda que pidieron un voto por Santos en 2014 acepten su responsabilidad moral en apoyar a semejante criminal. O ¿también quieren volver a lavar la imagen de Santos? o ¿sólo quieren lavarse las manos del asunto?

Fotografía: Gearóid Ó Loingsigh