Santiago, el niño asesinado el 1º de mayo por la Policía de Ibagué: el Barretismo y su ultraderecha, desbocados


 | Por Luis Orlando Ávila Hernández* |

 

Santiago sólo salió a protestar desde el 28 de abril hasta la noche del 1º de mayo cuando una bala desde un arma y una moto del Estado, cobardemente le asesinó.

 

Si algo no permite y no le conviene al barretismo, su subalcalde Hurtado y su subgobernador expolicía Orozco, es precisamente eso: el derecho constitucional a protestar, que niñes como Santiago junto a millones de jóvenes, adultes y ancianes, en Ibagué, el Tolima y Colombia, valientemente ejercen desde el 28 de abril.

 

Por eso en plena hambruna por el Covid19, en vez de alimento y salud, dieron rienda suelta y desbocaron su ansia de muerte a lo que ellos llaman gobierno: miles de millones de pesos públicos en compra de drones, CCTV, tanquetas no tripuladas, helicópteros y cuanto artilugio de IA le vendan los asesores militares israelitas, británicos y gringos que codirigen a las FFMM y a la Policía de Colombia.

 

El dictador títere, el subpresidente Duque, desde el asesinato de Santiago y las decenas que como él caen indefensos desde el 28 de abril, ha puesto a rodar este 1º de mayo la orden del criminal indiciado heredero del cartel de Medellín y refugiado y protegido por la Fiscalía General de la Nación en su hacienda de Córdoba: militarizar a Colombia.

 

El barretismo, su subalcade y su subgobernador expolicía, saben aplaudir al dictador y a su criminal mentor: declararon desde enero de 2020 a la mamá del dictador, como la arista ideológica de su régimen de represión y muerte en Ibagué y el Tolima, y bajo el cual, ayer 1º de mayo, los policías a su servicio, dispararon contra niñes indefensos como Santiago, que a nombre de todes, protestaban por la dictadura.

 


Santiago y los demas niñes, que ayer murieron o fueron heridos con las armas del Estado, hoy en manos criminales al servicio del barretismo y la dictadura que les ampara, no mueren en vano: cientos de miles de tolimenses se dieron por enterados que el régimen de muerte y represión, es la forma de gobernar y robarse a Ibagué y al Tolima, a través de ese cartel de la canallada que dirige en la sombra, quizá la persona más peligrosa que puede tener esta tierra: Oscar Barreto Quiroga.

 

A Santiago, le disparó y asesinó cobardemente la Policía de Colombia, pero la bala y la moto desde la cual salió el disparo, la financiaron y la dotaron el cartel del poder dirigido por Oscar Barreto Quiroga, en su ansia por ganar la bendición del anillo del capo de capos: Álvaro Uribe Velez.

 

A Santiago y los demás niñes asesinados o heridos con las armas del Estado y que desde el 28 de abril protestaban por todes nosotres contra la dictadura del títere y del criminal indiciado, los asesinó el subalcalde Andrés Hurtado y el subgobernador expolicía Ricardo Orozco, en su afán de gobernar en cuerpo ajeno a nombre de Oscar Barreto Quiroga.

 

La muerte que seguirá sobre niñes, jóvenes y adultos que valientemente protestan contra la dictadura, que no empezó ayer 1º de mayo, sino que viene en crescendo desde el 7 de agosto de 2002, será la semilla de la resistencia civl que cambiará a Colombia, derrotará sus carteles, que como el de Oscar Barreto Quiroga, han sabido bañar de sangre y oprobio las tierras de este Tolima y de la nación colombiana.

 

¡Santiago vive!

 

Dénlo por hecho.

 

¡No lo mataron, lo volvieron miles!

 

* Director del magazine virtual Colectivo Perrotrespatas, expropietario de las desaparecidas tiendas culturales El Purgatorio (1994), La Guacharaca (1997) y Cuatro Palabras (2011).




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