¡Gracias Ibagué y el Tolima!: …Duque Chao, Chao, Chao…


 | Por Luis Orlando Ávila Hernández* |

 

Lo visto ayer en las calles de la ciudad atiborradas de niñes, jóvenes y ancianes de los 47 municipios del Tolima que en coro cantaban ese grito de dignidad “Duque: Chao, Chao, Chao”, no solo fue inspirador sino que marca un antes y después de esta tierra a la que muchos tildaron como el León Dormido.


 

Circula por las redes, en varios países, las apoteósicas imágenes de los ciudadanes de Ibagué y el Tolima entero unidos en el coraje y la rabia contra un gobierno indolente dictatorial y de una prensa en general cómplice de la barbarie y el crimen de la Policía Nacional de Colombia contra sus niñes y jovenes.

 

Ibagué y el Tolima siempre han sido protagonistas de los más grandes cambios sociales y políticos de esta nación.

 


Tumbar la actual dictadura y a sus sicarios inmersos en la Policía y el Ejército de Colombia, incluye también a dos conspicuos representantes que hoy se sientan en los despachos de Gobernación y Alcaldía, siendo solo el principio de algo que empezó el 28 de abril pasado, pero que en el recuerdo de la ciudad data desde el 2018.

 

Los carteles y las famiempresas electoreras (que algunos periodistas maquillan con el nombre de “casas”), aturdidos amanecen este 15 de mayo, pues esa multitud dirigió sus cánticos contra estos pilares y sostén de la dictadura uribista duquista.


 

Los directorios liberal, conservador, de la U, Cambio Radical, Colombia Justa, Dignidad o Verde y los temibles del Centro Demoniaco, saben que perviven como tales en Ibagué y en los municipios del Tolima, gracias al robo de lo público, al andamiaje de impunidad que pactaron con fiscales y jueces corruptos de la ciudad, y a una bien aceitada connivencia con lo más represivo de la Policía y del Ejército local y regional.

 

“…Duque Chao, Chao, Chao…” les llega desde las calles de la ciudad en rabia, inquisidora y melodiosamente a los oídos indiferentes de los y las tales Barreto, Matiz, Agudelo, Chocos, Yepes, Medina, Ferro, Gaitán o de los García Orjuela, Martínez Rosales o Jaramillo Martínez, por citar los más recientes.


 

La impuesta dizque “madrina” de la región, al igual que el elitista señor presidente del Banagrario o la especuladora ministra de educación y tal vez la dislate senadora nieta de Valencia, andarán cogiendo rápido vuelo para sus acaudaladas mansiones en Miami o en ciudad de Panamá, para lo de siempre: mirar los toros desde la barrera.

 

La Plaza de Bolívar y el Parque Murillo Toro, son nuevamente de la ciudad y sus ciudadanes, atrás queda la usurpación a la fuerza de estos, que intentó décadas atrás Santofimio, Los Pava, Neira o Angulo Gómez, luego su versión moderna, Gómez Gallo, un poco más acá los trillizos alcaldes delincuenciales, más tarde el Jaramillismo y en últimas el cartel Barreto, brazo político de la actual dictadura en el Tolima.

 

* Director del magazine virtual Colectivo Perrotrespatas, expropietario de las desaparecidas tiendas culturales El Purgatorio (1994), La Guacharaca (1997) y Cuatro Palabras (2011).

 

Fotografía: Juan Cuenca Fotografía Independiente




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