COLOMBIA CERTIFICADA EN DERECHOS HUMANOS






Por Rafael Rincón
Director del Consultorio de Derechos y Gobernabilidad háBeas corpus


En 1948, después de la debacle de la II Guerra Mundial, las Naciones Unidas en cooperación con los estados se comprometieron en declaraciones, pactos y convenciones a asegurar, promover y garantizar los derechos humanos. Desde entonces la ONU, como comunidad internacional organizada, creó los mecanismos e instituciones especializadas para el seguimiento y monitoreo a este compromiso con la humanidad.

Por otro lado, después de la “guerra fría”, Estados Unidos, que se presenta al mundo como el país modelo de la democracia y de las libertades, se autoerige en el sustituto de las competencias de Naciones Unidas. Unilateralmente, por fuera del Consejo de Seguridad de la ONU, declara y ejecuta la guerra contra Iraq, con dudosas y falsas pruebas de fabricación de armas de destrucción masiva, y con ejercicio de una “diplomacia disciplinaria” certifica a los estados de su eje en materias como droga, armamentos o derechos humanos.

Estados Unidos decide sobre la titularidad de los estados para la confección de bombas o reconoce sus derechos, como por ejemplo el derecho a enriquecer uranio, que Irán reclama ante la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA).

La tradición liberal de respeto a los derechos humanos fue modificada bruscamente por la administración Bush, hasta calificar a los prisioneros de guerra como “combatientes enemigos” y modificar los manuales de campo y los reglamentos militares, que ordenan un tratamiento digno a los prisioneros, sustrayéndose de esta manera a los Convenios de Ginebra.

Estados Unidos es también el país de las capturas ilegales, de las violaciones al debido proceso y al derecho de defensa, como ocurre con los cerca de 500 ciudadanos afganos que están retenidos desde hace más de cuatro años en Guantánamo; es el país de las prisiones secretas distribuidas en el continente europeo; es el estado que espía a sus conciudadanos con “decenas de centenares” de grabaciones de conversaciones en manos de la Agencia de Seguridad Nacional; es el estado que tortura a sus prisioneros en la cárcel de Abu Ghraib en Bagdad, o en la base aérea de Bagram en Afganistán.

El gobierno Bush es el que ha bombardeado poblaciones civiles en Iraq y Afganistán, el que ha masacrado población civil, la última de ellas ocurrida en noviembre 19 de 2005 en la localidad de Haditha, Iraq, en donde los marines norteamericanos asesinaron 24 civiles, aunque la información que presentaron a la opinión pública fue la de muertes en combate; es el gobierno que ha criminalizado a los inmigrantes que carecen de documentos como incursos en el delito de felonía; y el gobierno que no obstante predicar la globalización construye un enorme muro de hormigón para apartar a México de sus vecinos y de sus conciudadanos.

Ese gobierno, que considera legítimo torturar a los adversarios, es el que da fe pública “certifica” ante la comunidad internacional que Colombia sí tiene los derechos humanos asegurados. ¿Qué mensaje reciben los verdugos cuando ven que sus crímenes no los ve el notario internacional?

Colombia ha sido certificada por el gobierno Bush en derechos humanos conociendo la ley de impunidad, la que pasó de agache frente a los crímenes de lesa humanidad de los grupos paramilitares, sabiendo de los 3.6 millones de personas desplazadas por el conflicto armado, enterada de la masacre de tres sindicalistas en el municipio de Casanare, departamento de Arauca, presentados por el ejército como guerrilleros muertos en combate, consciente de las fumigaciones de los parques nacionales, viendo las amenazas a periodistas y la “macartización” de la izquierda política y de los defensores de derechos humanos.

Paradójicamente la certificación norteamericana en derechos humanos le sirve a Colombia para arbitrar recursos con destino a la guerra (hasta el momento 4.000 millones de dólares). La certificación del gobierno de Bush le da “derecho” a Colombia a un apoyo económico y a tener asesoría militar para la guerra. Para el presidente Uribe no hay conflicto armado en Colombia si se trata de una negociación o de intercambio humanitario, pero éste si existe si es para recibir apoyo económico.

Orgullosamente los diarios informativos, sin sonrojarse en lo más mínimo, publican la certificación en derechos humanos como un triunfo, y la aceptan como una realidad, cuando ellos mismos han dado cuenta de los horrores del conflicto armado y de las violaciones a los derechos humanos.

Se difunde una dudosa certificación como una buena noticia para el país; una certificación que falsea la dolorosa realidad y una noticia para generar un clima sacrificando la información y la verdad; parece que si lo dijo Estados Unidos así es la realidad colombiana. Roma locuta est, causa finita est.

Medellín, Colombia, 6 de junio de 2006


Referencias:

Tokatlian, Juan. “Colombia en guerra: las diplomacias por la paz” en Globalización, narcotráfico y violencia. Grupo Editorial Norma. 2000.

Hardt, Michael y Negri, Antonio. Empire. Harvard College. 2001.

Informe Anual del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de derechos humanos y derecho internacional humanitario en Colombia, Año 2005. http://www.hchr.org.co/

“Degrading America´s image”. New York Times. Editorial. 06-06-2006.
POSDATA: SI desea mayor información por favor ingrese a: www.elyesquero.blogspot.com

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2 Comentarios

Ser certificado en derechos humanos por los EEUU es cómo recibir una hostia de las manos de Ozzy, de eso se trata el nuevo imperio de proteger las atrocidades entre ellos, mientras tanto los nuevos campos de concentración aumentan por el mundo...Atentos, el fascismo está de regreso
Salmon dijo…
Esperemos que este texto no levante las decadentes escamas de las cigarras. Por que el conflicto existe, aunque los ojos miopes no lo vean, como existen las estrellas en el infinito.

En orillas cercanas se encuentra la realidad social y la persecución política del país, y gracias a esto algunos acurianos (universitarios de la UT) quedaron atrapados en las mazmorras del Estado. Fueron casi 7 meses de encierro e indignidad. Victimas de la tramoya pacifista, que bajo el timonel del Reyezuelo AUV, persigue y encarcela a todos y todo lo que se vea en policromías o polifonías. Siete meses donde la vida social, familiar, laboral, académica y política naufragó en un mar de incertidumbres…

- ¿Cuál fue la necrópolis donde realizaron los estudios de derechos humanos?